junio 20, 2006

EUCARISTÌA: LA HOSTIA CONSAGRADA DE SANTIVÀÑEZ/ ARMANDO ARTEAGA

En la Foto: El poeta Roger Santivàñez.
LIBROS


EUCARISTÍA:
LA HOSTIA CONSAGRADA
DE SANTIVÁÑEZ.

Por Armando Arteaga




El poeta Roger Santiváñez viene de dar varios tumbos por la dura vivencia del “huso” del lenguaje experimental en su poesía también de rango experimental.
Desde Antes de la muerte (1979) el compromiso del poeta era con el lenguaje sin ambages y con cierta mística –adolecente- donde resaltaba el canto jubilar a los iniciales años corporales con la poesía pura o social, me parece que esa era la etapa también de algunos poemas publicados en la revista Auki (N-1, Lima/03/1975) como “Sissi heart”
-por ejemplo- que es lo que más recuerdo de ese “itinerario”, además me parece –si no me equivoco- de “Simpatia por Michaux” y “Agente viajero”, que son sus más celebrados poemas y que personalmente están en nuestra memoria generacional.
Para dar ese salto de ruptura con esa “primera fase” (y para estar a tono con los setenta) dejada atrás, es que Santivañez logra un estupendo salto, pero en un discutible libro que nunca dejó de sorprenderme: “Homenaje para iniciados”(1984). Allí está todavía el poeta provocador dispuesto a pelearse con el lenguaje nuevo abriendo el pórtico definitivo al lunfardo limeño de la noche y a la neblina inveranal de la experiencia peculiar con los “paraísos artificiales”, el rock urbano y el pastel empedernido de las fachadas de las casonas antiguas que se caen a pedazos del barrio bajopontino, sin tranvías y ya casi sin ficus. La conversación con el padre en su lecho de enfermo es severa y arrolladora, duda: “tal vez la muerte no sea una bella palabra” y desde allí: “fácil será escribir”, pero creo que en uso de esa gran licencia donde resalta la libertad expresiva y cierta anarquía, es que el lenguaje de la poesía de Santivañez da un vuelco, no es raro esto, son los años transcuridos en la experiencia sanmarquina, de la Sagrada Familia y de Kloaka: la kofradía lirika de los 80. Son los años oscuros y perdidos del senderismo luminoso, y cierto estío literario.
Los libros “Symbol”(1991) y “Cor Cordium” (1995) son obras a mi entender “espacios asfixiantes” en este “itinerario” de esta “otra fase” de la poesía de Santivañez. En “Symbol” hay una pulcritud desmedida: La poesía es un texto contra el mundo. Es poesía cotideana y deliberadamente pensada donde el poeta pierde la emoción “mística” inicial, que vuelve en “Cor Cordium”, con una exagerada credencial religiosa y coprolalica.
Son antecedentes que nos preparan para “La Pasión según San Tivañez”, en la misma retórica, poesía y musa es lo mismo para el poeta, cuerpo femenino y poema es lo mismo para el texto, pero con un nuevo nivel de poesía como en los años matinales:
Si yo escribo tu nombre en el verdor
De nuesta paz interior es porque
Aun continua viva la clepsidra
Por ti bebida en los días iniciales.

Lo eucarístico, perteneciente a la palabra religiosa “Eucaristía”, dicese de las obras en prosa o en verso cuyo fin es dar gracias. Con pan y con vino, aún para los herejes (como yo) que nunca hemos tenido dioses, aun para los agnósticos (como yo) que nunca hemos creído en nada, y tal vez solo para los “protestantes” que “creen” en algo.

Prefiero el pan y el vino a la “transustanciación “de las palabras en la poesía. Por eso es que sigo entendiendo este último libro de Santivañez: “Eucaristía” (2004) como una búsqueda en el argot y el barroco nuestro, como Martín Adán (juguetón) o como los “metros” de Oquendo de Amat, aunque, ni Santivañez es tan místico como Diego de Hojeda o Diego Mexia de Fernangil, tampoco es oceánico como Juan de Peralta ni geométrico como Pablo de Olavide, a pesar de que en su libro “Eucaristía” se mete en el “recuteco” del culteranismo.
No es nueva esta “tradición religiosa” de hacer poemas ecuménicos y eclesiásticos en la poesía latinoamericana: Luis de Tejeda “gongorizaba sobre la superficie de la lengua” (replicando a Anderson Imbert), los nadaistas también veían a la Virgen y la desnudaban con pasión desenfrenada. Visión “mística” para las cosas terrenales también tenían como “habito de perfección” un poeta inglés de gran modernidad como Gerard Manley Hopkins y méritos al “insondable Evangelio” le han rendido las palabras casi proféticas de Robert Lowell: Cristo camina sobre las aguas negras.
Volviendo a Santiváñez, su lenguaje poético permanece, adoptando un léxico popular y callejero, metafísico y culto, por momentos, manteniendo varios planos de significación.

*POEMAS DE SANTIVAÑEZ


a la manera de un poema de Apollinaire

Hay un poeta que sueña con la pequeña
Hay una pequeña exquisita en la vasta Lima
Hay una cama de dos plazas donde dejaste
que besara tus lindos senos
Hay toda la vida
Y yo te adoro

2

Te amo mi pequeña
Te amo mi querida luna de enfrente
Te amo cuerpo delicioso de 16
Te amo vulva cerrada
Te amo seno izquierdo paradito
Te amo seno derecho blanco
Te amo pezón derecho bajo el fino polo
Te amo pezón izquierdo como la puntita
de un iceberg dorado
Os amo nalgas delicadamente colocadas
sobre la cama para que yo las contemple
Te amo trenza castaña
Os amo axilas frescas niñas
Te amo curva de los hombros dulcemente
redonda cuando te volteas y me miras
Te amo muslo de alabastro
sentada al filo de la cama
poniéndote el blujean que me gusta
Os amo orejitas para las que preparo
mis más lindas frases de cariño
Te amo cabellera negra rescátame
de los amores perdidos
Os amo pies rosados uñas rosadas
Te amo lomo imponente y tan frágil
como tu nombre de pétalo de rosa
Te amo espalda de vírgen que me dejaste
levantar curvándote con
la suavidad del desmayo
Te amo boca oh mi sueño mi corazón
latiendo locamente
Te amo mirada tierna e inteligente
Os amo manos cuyo movimiento
cuando hablas me hechiza
Te amo nariz con 2 huequitos negros
Te amo con tu caminada desafiante y ondulada
Oh pequeña te amo te amo te amo


SAN PEDRO NUNCA VUELTO A VISITAR


Ahora ya no sé cuántos veranos
viví entre la marea de las 6
y la marea de las 6
remontaba el mar la colina
de algas y no tenía para mí
El jardín del pulpo
con una chica
flotando los cabellos al viento
igual que la pelota de colores
que un día arrastró
el desierto
entre las dunas
y se llevó los nombres de las
muchachas que tomaban cerveza
y aguardaban la caída
de la noche entre las
casas nuevas a medio construir

Todo fue en un tiempo
en que las balsas entraban y
salían del mar
con peces de plata
y las horas bastaban
para echarse a volar
siguiendo el filo de la playa
hasta la Bocana o la Pescana

Allí acaba el mundo/
comienza el día en el balneario
el motor-honda duerme
como la infancia de Claudia o Aníbal III
o mi propia adolescencia
muerta repartida
en las tinajas de agua fresca
que nadie se acordó de recoger
el día del regreso a la ciudad

NO ME PREGUNTES


Dónde vaga esa luz
Que de noche pega estrellas
Nadie sabe de la calle
Embotellada de desierto
Mientras duermen los choferes
Extasiados en el sueño del volante
La luz que me circunda
Tendida de una pista a otro jardín
Tiene canto de cabellos enmarañados
Removidos en la acera del otoño
Bebida la sonrisa de tus labios
Visionarios en la calle de los chinos
Anduvimos apagados en lo inmenso
Refrenando tu cuerpo en las esquinas
Quebrando el inútil pensamiento de la muerte
Suerte de observar la llovizna perniciosa
De entre el sol y la noche
Más ecuestres y marítimos
Escuchamos las orquestas ya etílicas
Sucumbir al estruendo de las horas
Alejados de las tiendas
Lo sórdido no huye de la atmósfera
Hay dementes pernoctando bajo llantas
De camiones olorosos por sus frutas
Aguardando el griterío del alba en el mercado
Las noticias que del agua
Aquí tenemos
Hablan suave hasta el silencio
Refieren la leyenda de la lluvia
Que ha perdido tantas mentes voladoras
Sin que algún sendero o avenida
Nos separe un lugar en el taxi de la noche
Y llegaremos como el ensueño a tus párpados
Llegaremos al fracaso más hermoso
Tal como a mis ojos
El aceite vidrioso de la hierba

PUEBLOS

Camino de los pueblos del norte, va el sol
y es así de simple
como la pobreza de aquellas poblaciones
en que la tarde duerme envuelta en tierra triste.
Allí están los burros, o la caña
para matar de silencio o de belleza el paisaje,
allá la luna cuando nadie se acuerda de mirarla.
Esta en la historia de los ríos,
de los valles más extraños siempre al borde
de un desierto
amplio y largo hasta el pánico.
Son esos pueblos. Los más solitarios
se hunden en la arena
y no hay todavía avisos luminosos
sino la misma soledad de algunos años antes
ésos son los pueblos que siguen aguardando
con sus techos de paja
con un aire que muere sin los barcos.
Hay una bicicleta sobre la calle asfaltada
suponemos que están doblados hacia el sembrío
y que el ud
y que el sudor no mancha los arroces
sin embargo siguen perdidos
el país no existe sino un puente
que ha de llevar a alguna parte
Nada nos indica que conocen
sino sólo que viven deslomándose
que las noches avanzan como un vaho
y que es bien poco
lo que en realidad les pertenece.


SIMPATÍA POR MICHAUX

El sol.
El sol, después del ruido.
El sol desciende oscuro y me acaricia, bajo el fresco
yo lo desconozco.
Sé que soy nadie, escucho nítidas palabras cinceladaspor
el miedo. Sueño en incendios, magníficas destrucciones,
bestialismos amorosos como en los campos. Guardo para la
melancolía.
La noche rodeada de mugidos, cielos inútiles cruzados por
un buhó. Lechuza prendida de un alambre me agradaba.
Cuando vuelven las luciérnagas, yo me obligo a vomitar.
Deseo el asco para mi vergüenza, me escondo para gozar con
un asesinato a mansalva. Debo frecuentar los naranjales hacia
el amanecer.
He necesitado abrir un poco mi coronaria. Con el viento
proclive al desnudo, descubrí que me había vaciado total-
-mente. Alguien ya no. Sin embargo encontré yerbas fuma-
-bles. Mordiendo un caballo, duraré como un trago que nos
arde para siempre en el estómago.
Amo el ridiculo. Doy dolor. Buscaré el olor que se me-
-pare. Visito la caverna desde la que nadie ha de reconocerme.
Los otros, ellos, los que yo miro y huelo. Siento una hermo--
sa secreta satisfacción de no necesitarlos. De estar desvincula--
do.
Abro el corazón ahora que compruebo mi vida en el cen-
-tro del pánico. Y lo abro porque nadie osará acercarse. Hun-
-dido por completo no comprendo cómo fue que desperté.
Negado por el tiempo. Lluvia que gocé corriendo cantan--
do. Espasmos al contacto con el follaje. Cantando absoluta-
-mente solitario. Modulé mi bellísima voz para escucharme y
verme discurrir sin planear nunca nada.
Me señalan. Son censurado.
Apotesosis de mi triunfal perdición.
Y los escucho bramar. Y yo bramo. Me aviento hacia el
más extraño verdor.
Soñando negarme, escupido, frenético.

LA BATALLA

Allí en la calle empedrada, en la Junín
fui testigo de la tierra del'Élias
seguro mi cuerpo al lado de Angela
¿Quién grita así como la Ronca?
Críspulo, el viejo Alcantarilla
nombres que pronuncio con amor
y nadie sale a responderme, ni el garage
ni los pavos ni los pollos
y ese silencio de la noche me sigue
como si el taller de mecánica fuera de carburo
y no me deja soñar, no me deja caminar
no puedo respirar y tengo náuseas
grito entonces Hey, Ramos ya no pinte al duco
por favor, no ve que me duele el corazón
y rasguño este poema como puedo
y Ud. está morado, está azul, para negro
y se va y no lo veo esta noche ni ninguna
bajo la ventana en que escondo
este sol que me cae implacable y me destroza
Ahora me limpio el sudor y cojo un pedazo
de masa y me lanzo hasta el fondo del horno de Manolo
quisiera mancharme de harina las espaldas
pero debo contentarme con cantar a la puerta del garage
pero no me río y tengo miedo de no reconocer a nadie.


AGENTE VIAJERO

Con su charcherosa, con su cansada
Camioneta Volkswagen llegabaNapoleon
rojo, desde Montero, desde Ayabaca
los tapabarros olían a caballo
su pelo zambo y castaño
no cubría nunca sus mentiras, tan gozadas
tan fervorosamente dichas, tan queridas
con el placer maldito de hacer una ficción
con el orgullo inocente de matar
enemigos que aguardan en los espejos,
en los baños o en las frazadas
que don Napo vendía por todos los caminos
antes de empezar una cerveza
y cantar un tango de cuando estuvo en Buenos
Aires, estudiando medicina
y decía: Ha: como yo, aprende chupa en tu casa
su mujer lo miraba con la paciencia
de los astros, dejaba correr sus ojos
maquillados por las cortinas hasta
envolver la pista entrarse en los cristales
Napo prendía la TV. el tocadiscos
decía precios, dormía un rato su muerte
y siempre me parecía pánico
cuando se quitaba a la sierra
cuando calentaba motores
se emborrachaba hasta morir
de tarde -como a las 4- al filo de que
algo hiciera sufrir a la gente


PARA AICAMLAD


III

Tiene el pelo negro, negro Aicamlad
¿será el sol? me pregunto
en la penumbra sus 2 pezones los
4 ángulos, posiciones, la política
sus odios repentinos, un país de sudamérica

IV

No comeremos nada esta semana
porque no hay plata, ni
oro de Catacaos
la filigrana Aicamiad
abrázame no suscribas los
comunicados del tiempo no
dicha manera de ser


PRIMERA MUERTE

Mi nombre es Nenfas
Vivo en Pachitea. Mi suegra todo el día
me dice serrano. Regreso de traer algarrobo
y ella me grita serrano.
Esta tarde
frente a un viejo algarrobo donde a veces
lloro mi desdicha o me alegro el corazón
con las soñas y los chilalos diré déjame
algarrobo tu sombra para que yo pueda
colgarme tranquilo y ya no me digan más
serrano y me verá Roger Santivañez
a los doce años o trece años después él cantará
con la soledad que yo les entregué
esa noche de verano cuando me vio ahorcado
y en la arena aún correteaban
las iguanas. .