septiembre 24, 2010

LOS TZÁNTZICOS/ POESÍA DE ECUADOR: LOS 60`S



LOS TZÁNTZICOS

AÑO DE NACIMIENTO: 1962


INTEGRANTES: Marco Muñoz, Alfonso Murriagui, Simón Corral, Teodoro Murillo, Euler Granda y Ulises Estrella (FUNDADORES), posteriormente se incorporarían: Jos Ron, Agustín Cueva, Fernando Tinajero, Bolivar Echeverría, Raúl Arias, Rafael Larrea, Humberto Vinueza, Francisco Proaño Arandi, Iván egüez, Abdón Ubidia, y Antonio Ordoñez, Álvaro Juan Félix, Luis Corral, Alejandro Moreano, Bolívar Echeverría, Leandro Katz, José Corral, y la única mujer, Sonia Romo Verdesoto

Alfonsp Mirragui


LOS TZÁNTZICOS

Por Alfonso Murragui

El 27 de agosto de 1962, firmado por Marco Muñoz, Alfonso Murriagui, Simón Corral, Teodoro Murillo, Euler Granda y Ulises Estrella, apareció el Primer Manifiesto Tzántzico, el mismo que no fue un exabrupto sino una constatación de la realidad cultural que vivía nuestro país a comienzos de los años 60; por eso en sus primeras líneas afirma: "Como llegando a los restos de un gran naufragio, llegamos a esto. Llegamos y vimos que, por el contrario, el barco recién se estaba construyendo y que la escoria que existía se debía tan solo a una falta de conciencia de los constructores. Llegamos y empezamos a pensar las razones por las que la Poesía se había desbandado, ya en femeninas divagaciones alrededor del amor, (que terminaban en pálidos barquitos de papel) ya en pilas de palabras insustanciales para llenar un suplemento dominical, ya en 'obritas' para obtener la sonrisa y el cocktail” del Presidente"

En efecto, como afirma Agustín Cueva en su libro “Entre la Ira y la Esperanza”, "los Tzántzicos aparecieron cuando en el Ecuador se había pasado de la literatura de la miseria a la miseria de la literatura y por eso su primera reacción fue la denuncia a los literatos y a la literatura, denuncia que, por supuesto, llevaba ya implícita la severa acusación social que luego formularían de manera directa."

Esa constatación del estado en que se encontraba el país en los campos del arte y la literatura, y las condiciones sociales en que se desenvolvía, conmovió a los jóvenes e irreverentes Tzántzicos e hizo que afirmaran: Las intenciones políticas y sociales de los Tzántzicos están claramente definidas desde sus primeras actividades: rechazan los cenáculos y los salones elegantes y van a las fábricas, a las universidades y colegios, a las agrupaciones de artistas y asociaciones de empleados. Su intención es llegar masivamente a los estratos populares, tanto que utilizan, por primera vez en Quito, la radiodifusión para hacer conocer sus planteamientos: por Radio Nacional del Ecuador difunden un programa denominado “Ojo del Pozo”, en el que, dos veces por semana, leen sus textos y sus poemas. Y es más, sus inquietudes derivan hacia la discusión de los problemas sociales, pues organizan y participan en debates importantes como la Mesa Redonda, realizados en Agosto de 1962, sobre el tema “Problemática y Relación del Artista con la Sociedad”, en la que participan destacados pintores nacionales: Oswaldo Viteri, Mario Muller, Jaime Andrade, Jaime Valencia, Hugo Cifuentes, Elisa Aliz y actúa como moderador elDr. Paul Engel; y el Debate realizado en septiembre del mismo año sobre “La Función de la Poesía y Responsabilidad del Poeta”, en la que el expositor fue Jorge Enrique Adoum y la discusión estuvo a cargo de Sergio Román, Manuel Zabala Ruiz, Ulises Estrella y Marco Muñoz.

La presencia de los Tzántzicos, como era de esperarse, despertó la furia de la burguesía y de sus recaderos; Agustín Cueva, en el libro "Entre la Ira y la Esperanza", lo reseña en los siguientes términos: "Ahora: odiado por los derechistas; detestado por los mini y microensayistas que le aplican la cobarde y sistemática represalia del silencio; ignorado por pontífices y periodistas 'sesudos' pero aplaudido en universidades, colegios, sindicatos, etc.; el tzantzismo, tierno e insolente, es, mal que pese a sus adversarios, la verdad de nuestra cultura (y el público así lo siente: los Tzántzicos son los únicos poetas capaces de tener lleno completo en cualquier local donde se presentan). Negación de toda retórica, es, a la vez, nuestra poesía y la imposibilidad actual de una absoluta poesía: es el germen y el fracaso de nuestra ternura; la dimensión exacta, auténtica, de un momento en que el artista toma conciencia del alcance social como de las limitaciones de la palabra. Por eso, entre el acto y el grito próximo al estallido, el tzantzismo se afirma como una forma de arte ceremonial y agresiva, destinada a vencer la capa de inercia, y la barrera opresiva- depresiva que le oponen los detentadores del poder socio-político".

Efectivamente, los Tzántzicos no fueron ni diletantes ni oportunistas, su actitud respondió a una clara militancia política, adoptada, responsablemente y con absoluta convicción, ya que tenían muy claros los problemas sociales, económicos y políticos por los que atravesaba el país, América y el Mundo. En el Ecuador gobernaba una dictadura militar de coroneles, que clausuró el Café 77 y que los tenía fichados como “comunistas peligrosos”. No debemos olvidar que los años sesenta fueron los años de la eclosión revolucionaria. La Revolución Cubana acababa de liberar a la Isla de la dictadura de Fulgencio Batista y rompía con el Imperio, que trataba de controlar una revolución que había estallado a noventa millas de sus dominios y que amenazaba con extenderse por toda América. La figura del Che Guevara era nuestro ejemplo y las lecturas y discusiones sobre los problemas de esa Revolución se habían vuelto cotidianas.

Ubicados dentro de una corriente ideológica y estética de izquierda, sostuvimos la necesidad de una asimilación sustancial del marxismo, así como la imprescindible asunción de una estética coherente, para lo cual penetramos en la textura del naturalismo, del realismo socialista, del surrealismo, del dadaismo y más corrientes renovadoras. El estudio crítico de Nietzche, el existencialismo sartreano, la teoría de la enajenación de André Gorz, la experiencia de la premonición de los cambios evidenciada por Frantz Fannon en la revolución argelina, etc., también nos fueron útiles. El nuestro fue un arte militante, consciente y claro de sus cometidos. Esto marca una gran diferencia con movimientos aparentemente similares, como el Nadaísmo colombiano. Trabajamos con espíritu de cuerpo, desplegada nuestra sensibilidad y creatividad vivimos, actuamos, sentimos, produjimos, polemizamos, argumentamos, removimos y potenciamos. Pasamos de la etapa de la denuncia a la protesta y de ella a la propuesta, al esto-bello que concebíamos, en una estética probablemente no plenamente resuelta, pero nuestra.

Los Tzántzicos fueron políticos, militantes revolucionarios, sino todos, la mayor parte de ellos; no hacen falta nombres, fechas, ni partidos. Ellos lo saben, algunos después renegaron, se convirtieron en empleados o asesores del sistema. Esa fue precisamente la causa para el rompimiento del tzantzismo: el aparecimiento de “nuevas corrientes” que impusieron su oportunismo derechizante, que, por cierto, no lo habían perdido nunca y que les ha servido para llegar a las más altas dignidades de la cultura nacional, que incluyen jugosas prebendas y prósperos negocios. Uno de los más importantes actos políticos que realizaron los Tzántzicos, fue la organización de la toma de la Casa de la Cultura, realizada en Agosto de 1966, con el propósito de expulsar a las autoridades nombradas por la dictadura militar. En esta acción, que se la denominó posteriormente “revolución cultural”, se demostró su capacidad de lucha y de organización y junto a la Asociación de Escritores Jóvenes del Ecuador, la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUE), la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) y la Federación de Trabajadores de Pichincha FTP) lograron cambiar, aunque momentáneamente, las condiciones en que se desenvolvía la institución rectora de la cultura nacional que, al poco tiempo, volvió a caer en manos del oportunismo, como se señala en el No. 9 de la Revista Pucuna, febrero de l968: “Las últimas actitudes de Benjamín Carrión y Oswaldo Guayasamín no solo han cuestionado la autonomía de la Casa de la Cultura sino que evidencia claramente el fracaso político definitivo de las viejas generaciones inspiradas en principios liberales. Junto a la posición de Asturias, embajador de un gobierno que asesina patriotas en las calles, a las vacilaciones claudicantes de Neruda, constituyen el último estertor, el derrumbamiento catastrófico de una manera de ver, pensar, sentir y actuar, el colapso de un modo de enfrentarse con la vida y la cultura”... “El intelectual no puede eludir una respuesta sobre la política nacional y mundial, tiene que hacer efectiva su actitud de integración popular, aún a costa de su tiempo, su tranquilidad, su vida. La condición de un escritor o artista tiene que evidenciarse en su capacidad de lucha contra el orden imperante”.




Alfonso Murragui (Quito 1929) Miembro fundador del movimiento tzántzico. Fue durante muchos años periodista y profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Durante 25 años, ha dedicado su vida a la defensa y difusión del Arte Popular. Actualmente sigue trabajando en poesía, narrativa y dramaturgia; es miembro del Comité de Redacción del Semanario Opción.


TZANTZISMO. Movimiento cultural ecuatoriano de la década de 1960 (1962-1969), considerado un verdadero parteaguas cultural del país, que giró en torno a los tzántzicos, grupo de escritores cuya producción se desarrolló principalmente en poesía y en menor medida en narrativa y teatro.


El término proviene del shuar (“jíbaro”) tzántzico: “hacedor de tzantzas”, reductor de cabezas humanas. Se ha considerado que el grupo surgió como reacción a la degradación literaria y al aburguesamiento, caracterizándose por su actitud revolucionaria tanto en arte como en política, manifestándose en la publicación de revistas y en recitales, “actos” en espacios como colegios, sindicatos, barrios populares y sindicatos. Se ha valorado al movimiento por su impacto y decisiva contribución al cambio en la forma de ver el mundo en el país. Así, y aunque aún las versiones son encontradas al respecto, se reconoce que filosóficamente el grupo se nutrió especialmente del existencialismo en su vertiente sartreana y en alguna medida de Heidegger, en los intentos de superación de la metafísica, cuestionar la razón ontológica y revalorar la experiencia vital. Sin embargo, y en el contexto abierto por el triunfo a la sazón reciente de la revolución cubana, el movimiento recibió un impacto especial del Sartre de ¿Qué es la literatura? en un momento en que se manifestaba como decisiva la redefinición de las relaciones entre la sociedad y los intelectuales. Siendo un dato significativo que un sector evolucionara, en ese contexto teóricamente existencialista, hacia posiciones marxistas.


septiembre 14, 2010

LA HERENCIA LITERARIA DE AUGUSTO ALBA HERRERA

La herencia literaria de Don Augusto Alba Herrera, maestro y escritor ancashino. Uno de los intelectuales que más conoce sobre el legendario Atusparia.
***
Augusto Alba Herrera, maestro e historiador ancashino, nacido en Caraz el 21 de julio de 1922, conversa con los poetas Bernardo Rafael Álvarez y Armando Arteaga, el 3 de setiembre del 2010. Este video es un modesto homenaje al autor de, entre otras obras, "Atusparia y la Revolución Ancashina de 1885 en Ancash". Es, también, la primera de una serie de entrevistas que se hará con escritores de Ancash.


septiembre 13, 2010

RECORDANDO A FERNANDO ARTIEDA

DOS POEMAS DE FERNANDO ARTIEDA



 
DON FERNANDO

Conocí a Fernando Artieda como maestro y como poeta. Nos hemos visto varias veces, tanto en Lima como en Guayaquil. Conversamos mucho la última vez que vino a Lima como secretario del ex presidente Jaime Abdalá Bucaram. Recuerdo ya no quería saber casi nada de su libro “Safa cucaracha”, libro que yo había leído y que hasta ahora me gusta mucho. Pero él se encontraba disconforme con que solo lo relacionaran con ese libro.  Así era de perfeccionista el poeta Fernando Artieda, un montubio de mucho coraje. Era valiente para enfrentar sus asuntos personales que le deparo la vida, la poesía y la política. Desde que él me brindó su amistad siempre nos hemos llamado por teléfono, aún en los momentos más difíciles. He sentido mucha pena por su viaje (al más allá), estoy seguro que volveremos a conversar de poesía en algún otro lugar.
Armando Arteaga

*******

SAFA CUCARACHA



Piara de miedos atados

por la manga

llegan al sol

sin clave

a mi re

sin su bemol.

Sinceramente resentido.

Hoy me vine a pecado desde casa.

A punta de Cortázar

dulcementeme

convidé un arroz.

Antes hube de anotar

mis pánicos

en la uña matriarcal

de mis tambores

en el badajo paterno

de mis címbalos.


TIENE LOS OJOS DE MI PUEBLO


Yo soñé con tus ojos color de lluvia

esperando llegadas como un espejo

con tus manos delgadas lavando espumas

y la pupila triste de mi silencio.




Un colmenar de fuego era tu risa

donde sembrar la sombra de tu ternura

para que allí florezca toda la brisa

que haga bandera el poema de tu hermosura.


Y en esa aventura criolla que fue tenerte

se quemaron pestañas y mi pasado.

Todas las cosas tristes, hasta la muerte,

se rompieron al verse en tus ojos claros.


Te quiero porque tus besos son más que míos

son de ellos, del mar, de todos, son de mi gente.

Te quiero porque al mirarme en tus ojos lindos

me está mirando mi pueblo constantemente.


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15 de abril del 2010
Falleció Fernando Artieda

FOTO: MIGUEL CASTRO / El Telégrafo

El poeta y escritor guayaquileño, Fernando Artieda, falleció hoy.
El periodista y poeta guayaquileño padecía de una enfermedad degenerativa. Falleció esta mañana en la Clínica Guayaquil.


Guayaquil, Ecuador

El poeta guayaquileño, Fernando Artieda Miranda, quien padecía esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa, desde hace dos años, falleció esta mañana en la Clínica Guayaquil.

Artieda (64), escritor de libros como "Safa cucaracha" estudió Literatura y Derecho. Ejerció el periodismo por más de cuatro décadas en los diarios La Razón, Expreso, Meridiano y Hoy, así como en la revista Vistazo, y en los canales televisivos Ecuavisa y RTS.

También se desempeñó como docente en la Facultad de Comunicación Social (Facso) de la Universidad Estatal.

Meses atrás, cuando se publicó el poemario "El alcahuete de Onán", el escritor elucubraba que quizás aquel sería su último libro, y mucho de aquella suposición era una referencia tácita a la esclerosis que lo aquejaba.

En junio pasado, Artieda Miranda presentó "Seco y Volteado", una antología que recoge toda su obra poética.

El Gobierno Nacional, a través de la Secretaría Nacional de Comunicación, lamentó el fallecimiento del periodista y escritor.

Sus restos serán velados desde esta tarde en la Sala Exclusiva 2 de la Junta de Beneficencia. El entierro será mañana en el cementerio Jardines de la Esperanza.


FERNANDO ARTIEDA HABLA DE JULIO JARAMILLO

Fernando Artieda era un atento observador de lo popular y lo vernacular, asunto que elevo a nivel académico y clásico.  Aquí hablanDo del Jota Jota.

 

                     JULIO JARAMILLO CANTANDO EL PASILLO
            "GUAYAQUIL DE MIS AMORES"

Recordado pasillo que Lauro Dávila escribió para Guayaquil, y que el gran Nicario Safadi le puso música. Junto a otros compositores,  como Solís Moran, Silva Pareja, y Rubina Infante,  hicieron avanzar en belleza el pasillo costeño.




GUAYAQUIL DE MIS AMORES



Tu eres perla que surgiste

del más grande e ignoto mar

y si al son de su arrullar

en jardín te convertiste

soberano en sus empeños

nuestro Dios formo un pensil

con tus bellas Guayaquil

Guayaquil de mis ensueños...


Si a tus rubias y morenas

que enloquecen de pasión

les palpita un corazón

que mitiga negras penas

con sus ojos verdes mares

o del negro anochecer

siempre imponen su querer

Guayaquil de mis cantares...


Porque tienen las princesas

que fascinan al mirar

y que embriagan al besar

con sus labios de cerezas

te reclamo las dulzuras

con que anhelo yo vivir

para nunca más sufrir

Guayaquil de mis ternuras...


Y al mirar sus verdes ojos

donde mi alma anhela estar

prisionera cual el mar

o al hundirme ya de hinojos

en las noches con fulgores

que sus ojos negros son

te dirá mi corazón

Guayaquil de mis amores...


POEMAS DE CARLOS ROJAS GONZÁLEZ

EL GUAYACAMAYO
Revista virtual de poesía ecuatoriana y peruana desde los años 70 hasta la actualidad.







POEMAS DE CARLOS ROJAS GONZÁLEZ




Carlos Rojas González
Guayaquil, Guayas, Ecuador
Escritor ecuatoriano. Poeta, cuentista y cronista. Autor de los poemarios: "Apuntes para conformar un texto" y "Un tiempo para decir"; "Discurso para ser leído cuando llegue el buen tiempo" (cuentos) y La anciana de la place d´Italie (crónica).



De (Algunos números que no intentan significar nada)

(2010)

En las puertas del cielo la ciudad se detiene
nadie la invita a entrar
reconocer que esta chatura no es lo único que existe
más allá de ese dintel están cielo e infierno
ese verdadero imaginario

Tal vez.

***

Escuchar música siempre es necesario
o todo lo que queda
Ahora estoy con Goyeneche
(abandoné un momento los clásicos para sentirme yo
una aguja en los talones)
una voz de grava me atraviesa
(“garganta con arena”)
me traslada a espacios desconocidos
o mejor me hace reconocer otros espacios

Acá nadie puede tocarme
Ahora soy yo cabalgando en una melodía que apenas reconozco.

***

Esto de escribir resulta tarea fácil
te instalas en el aparato que tengas a mano
colocas lo que se te ocurre
(haces pasar cualquier cosa por ideas
acudes al absurdo/ la procacidad/ al sexo/algo de lo social
que no tenga sentido lo dices es algo secundario)
todo esto debe estar en galeras o en prosa
en la primera de bastos lo lees
aplausos el público no entendió o si entendió lo mismo
Más tarde lo publicas
tal vez tampoco alguien lo comprenda pero no es necesario
aparecerá algún “especializado”
te hará comparaciones con alguien que se supone “válido”
encontrará los parecidos
te declarará importante
se te pondrá el pecho así de grande
sin saberlo
Te convertirás en alguien importante
O parecido.

***


Sueño que los días transcurren pegados de la mano
solo elijo las manos
extraídas de ese cuadro de sueños
me acarician me excitan
contento sobre esa nube me desplazo
ahora estoy donde siempre quise
más allá de mí mismo

Despierto
los días transcurren lentos
separados
como todo.

****


No sé si mañana ya no estemos
Si el canto tempranero no se escuche
Si el cordel donde se dicen cosas sea solo un cordel

Preguntarnos dónde iremos siempre es innecesario
Para qué saber el camino si solo es el camino
Conocer el destino si es solo el destino

Ahora estamos aquí sobre esta cuerda
Amando cantando diciendo cosas.

***
(Ahora que las últimas flores)


(Fernando Artieda, poeta del pueblo)

Ahora que las últimas flores dejadas en tu tumba se han marchitado
o se las han llevado los ladrones
Ahora que ya no es necesario confundirse impostar la voz
creo podemos decirnos algunas cosas
Yo respeto todo lo que has escrito
(el estar de acuerdo es una convención más del lenguaje)
Tu hombre solidario
Tu safa cucaracha
que llegaron al interior de este pueblo -balneario frustrado-
enseñándoles cómo enfrentar el día a día
cómo hacer que la tristeza se transforme en lo contrario
Esa seducción que era tuya –decir “solo” sería un lugar común-
con la que movilizabas a las masas esa posibilidad de poder decir
Venían de petrillo de vuelta larga de los extramuros de lo más recóndito
y la gente aplaudía
frenética alborozada
mientras con esa voz rasposa –ronco de lata- gritabas tus versos
esos versos de los que tú más que nadie estaba convencido
disfrutabas de cada palabra procaz malapalabra
(como dice la buena gente gente de bien)
y continuabas tu discurso interminable
alzando los brazos gritando haciendo pasos de baile
y gente seguía allí por la radio pegados al televisor
disfrutando de ese ardor contagioso
transformando su angustia –el no tener- en euforia
porque tú les entregarías la clave para entender este pueblo fantasma
para encontrar el ídolo que todos necesitan
el cantante que se lleva dentro
ya no importaba ser cholo indio ladrón serrano puta o lo contrario
todos se enrolaban en esa canción que les habías descubierto
que los encubría
La fatalidad era una forma de disfrutar la vida
las palabras adquirían otro sentido en el gran coro
De improviso el tiempo se interpuso en tu voz
esa carraspera esa voz pastosa ya no está en los tablados
la gente sigue ya no espera entona o susurra el mito que les dejaste
Se levanta trabaja cuando puede o hace lo que acostumbra y tal vez sea
feliz)
sobre todas las cosas sus dolores está la ilusión que sembraste
tu palabra

Acá al otro lado los que simulamos pensar
los que nos engañamos diariamente
(los que buscamos la expresión adecuada)
los que no tenemos la fuerza necesaria –aquí se debe decir otra palabra-
iremos a tu tumba cuando tengamos tiempo
a preguntarte cómo es el canto por allá Fernando.
18/04/2010



POEMAS DE JUAN CARLOS LÁZARO

EL GUAYACAMAYO
Revista virtual de poesía ecuatoriana y peruana desde los años 70 hasta la actualidad.









Poemas de Juan Carlos Lázaro

Juan Carlos Lázaro (Lima, 1952). Ha publicado tres colecciones de poemas: Gris amanece la urbe del hambre (1987), La casa y la hojarasca (2001) y Entre la sombra y el fuego (2008). Dirige el sello editorial Sol & Niebla.









Salí a deambular

Salí a deambular por la ciudad.
Luna llena y domingo.
Este soy yo –dije–, amante ciego
y loco como Edipo.
Basura. Suicidas. Perros vagos.
Yo y los fantasmas.
La ciudad era un ala de sombra.
Acaso un templo maya.
Besé a la luna. Y ofrecí
mi corazón al sacrificio.




La casa y la hojarasca

La hojarasca y el agua detenida
son todo lo vivo y lo real
de este patio y de esta casa.
El resto son fantasmas.
Que lo diga sino el centinela rojo
que dormita en el torreón de la esquina
y que sueña con la próxima batalla.
La sombra del general
se mueve tras las persianas.
Con él van su kepí, sus charreteras,
su sable, sus botas, su capa.
En su recámara crepuscular
a la luz de una vela escribe
con mano trémula: “A la patria…”
El caballo blanco relincha,
agita su cola en el aire
espantando a una mosca lunática.
Una criada vestida de luto, pálida,
prepara la mesa para la cena
a la que sólo acuden
entre candelabros dorados
el pasado, el polvo, la nada.
El resto son fantasmas.





El Ser y la Nada

En inhóspitos prostíbulos de ultramar
donde el Amor se acuesta con la muerte
en una cama con forma de barco,
donde los hombres desnudan
sus almas frente a un espejo
y se descubren sin rostro
y sin huellas digitales,
donde el oscuro sexo
de las muchachas
palpita como un corazón
abandonado en
el alféizar de una ventana,
y tras la ventana
no hay otro paisaje que la lluvia
y un paraguas negro
desprendido de una mano,
y el aullido de los lobos
se escucha a lo lejos como
un himno que anuncia
la destrucción o
el desastre,
ahí exactamente
tú eres y yo soy
el Ser y la Nada
sin mascaras
y sin orgasmos.



POEMAS DE GUILLERMO FALCONI

EL GUAYACAMAYO
Revista virtual de poesía ecuatoriana y peruana desde los años 70 hasta la actualidad.







Poemas de Guillermo Falconí



Guillermo Falconí. (Canta, 1950). Siguió estudios de antropología en San Marcos. Poemas suyos se han publicado en Cronopios y Sol & Niebla y en la antología Yacana / 51 poetas. Autor del libro "Cazador de la noche".





BANGLADESH

(Memoria de dos mil años)



Y en el fondo de la niebla tu vida aparece

como un antiguo cuento.

Huele a tinta china y tiene el semblante

del Harlem Rag violeta.

Y has vivido tragando los vientos del sur

y los vinos del desierto

como un viejo busca fortuna en el fondo del mar.



Hoy escribo sobre ti

masticando chiclet y ajos en una estación

que da contra la muerte,

aquella que rota sus ojos negros alrededor de la Historia,

que busca tus abismos en

las plazas públicas de la ciudad

donde los patios coloniales

han oscurecido apestando a menta y Coca-Cola,

y mi mujer me abre sus piernas

para que yo respire el crepúsculo

de vuelta al mar y a su corazón.



Esta es la hora de la inmovilidad en otras manos,

la hora en que el sentido de las cosas

empieza a perfilarse entre las parturientas de

Munich, mujer.



MI PUEBLO


A la manera de Robert Frost

camino frotando mi corazón contra las piedras,

contra los árboles

y contra las rosas que cubren mis caminos.

Hacia algún lugar, con mi propio deseo

cruzo uno, dos e infinitos puentes

cubiertos de nieve.

Tibio, contemplo los arroyos,

y se cubren de blanco las cascadas.

Es mi pueblo,

mi pueblo hecho a la naturaleza como un trébol carmesí,

con su tempestad y su epopeya,

con aludes y sombras como todo ser en este país.

Por ejemplo, hoy puede ser un día de lluvia,

hoy podría ser yo mismo su tormenta,

escupir su cielo o ser la última piedra

que caiga de su rostro.

Pero seguiré pensando en su oscuridad,

en su respiración / en su respiración

de la cabeza a los pies.




EN EL VACÍO


Aquí hay angustia

las imágenes cruzan mi conciencia

lo mismo que los caminos del pasado

con todas sus posibilidades.

Pude haber muerto sin que fuera posible permanecer

en ese abismo

en el azar del vacío

y del espacio.

Hoy sucede todo lo contrario.

Mi embriaguez es una locura de astros infinitos

que el invierno

ha disfrazado en mi ojos.

Y yo amo su mejilla gris cuando derrama su corazón

en el mío

cuando la música y el genio del mar y los ríos

cruzan

el puente de San Juan

y se posan con sangre de mujer bajo las piedras.

Ahora estoy agitado…

……………………………………………………..

soy un corazón agitado

que va del sístole al diástole

ese movimiento sagrado para ti.

Por fin quiero la lluvia

la realidad

la eterna música del mar.




UN CARACOL EN LA NIEBLA

Siento que te fuiste hace tiempo.

Siento en ti el pasado,

esa soledad que no aparece ya en mis calles.

Siento que otra vez vuelve la luna para el recuerdo,

que los días que vendrán traerán el verano

y entonces estaré elucubrando que fuiste así / que así fuiste.

Las calles de mi ciudad entonarán su eco

(así fuiste, como la luna otra vez).

Y nosotros, los caracoles de la colina,

los germinales de agosto,

la duda,

la afirmación

y el frustrante deseo de querer siempre algo,

de estar aquí o en el sueño.
¡Oh descomunal vacío de esta noche!