septiembre 13, 2010

RECORDANDO A FERNANDO ARTIEDA

DOS POEMAS DE FERNANDO ARTIEDA



 
DON FERNANDO

Conocí a Fernando Artieda como maestro y como poeta. Nos hemos visto varias veces, tanto en Lima como en Guayaquil. Conversamos mucho la última vez que vino a Lima como secretario del ex presidente Jaime Abdalá Bucaram. Recuerdo ya no quería saber casi nada de su libro “Safa cucaracha”, libro que yo había leído y que hasta ahora me gusta mucho. Pero él se encontraba disconforme con que solo lo relacionaran con ese libro.  Así era de perfeccionista el poeta Fernando Artieda, un montubio de mucho coraje. Era valiente para enfrentar sus asuntos personales que le deparo la vida, la poesía y la política. Desde que él me brindó su amistad siempre nos hemos llamado por teléfono, aún en los momentos más difíciles. He sentido mucha pena por su viaje (al más allá), estoy seguro que volveremos a conversar de poesía en algún otro lugar.
Armando Arteaga

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SAFA CUCARACHA



Piara de miedos atados

por la manga

llegan al sol

sin clave

a mi re

sin su bemol.

Sinceramente resentido.

Hoy me vine a pecado desde casa.

A punta de Cortázar

dulcementeme

convidé un arroz.

Antes hube de anotar

mis pánicos

en la uña matriarcal

de mis tambores

en el badajo paterno

de mis címbalos.


TIENE LOS OJOS DE MI PUEBLO


Yo soñé con tus ojos color de lluvia

esperando llegadas como un espejo

con tus manos delgadas lavando espumas

y la pupila triste de mi silencio.




Un colmenar de fuego era tu risa

donde sembrar la sombra de tu ternura

para que allí florezca toda la brisa

que haga bandera el poema de tu hermosura.


Y en esa aventura criolla que fue tenerte

se quemaron pestañas y mi pasado.

Todas las cosas tristes, hasta la muerte,

se rompieron al verse en tus ojos claros.


Te quiero porque tus besos son más que míos

son de ellos, del mar, de todos, son de mi gente.

Te quiero porque al mirarme en tus ojos lindos

me está mirando mi pueblo constantemente.


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15 de abril del 2010
Falleció Fernando Artieda

FOTO: MIGUEL CASTRO / El Telégrafo

El poeta y escritor guayaquileño, Fernando Artieda, falleció hoy.
El periodista y poeta guayaquileño padecía de una enfermedad degenerativa. Falleció esta mañana en la Clínica Guayaquil.


Guayaquil, Ecuador

El poeta guayaquileño, Fernando Artieda Miranda, quien padecía esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa, desde hace dos años, falleció esta mañana en la Clínica Guayaquil.

Artieda (64), escritor de libros como "Safa cucaracha" estudió Literatura y Derecho. Ejerció el periodismo por más de cuatro décadas en los diarios La Razón, Expreso, Meridiano y Hoy, así como en la revista Vistazo, y en los canales televisivos Ecuavisa y RTS.

También se desempeñó como docente en la Facultad de Comunicación Social (Facso) de la Universidad Estatal.

Meses atrás, cuando se publicó el poemario "El alcahuete de Onán", el escritor elucubraba que quizás aquel sería su último libro, y mucho de aquella suposición era una referencia tácita a la esclerosis que lo aquejaba.

En junio pasado, Artieda Miranda presentó "Seco y Volteado", una antología que recoge toda su obra poética.

El Gobierno Nacional, a través de la Secretaría Nacional de Comunicación, lamentó el fallecimiento del periodista y escritor.

Sus restos serán velados desde esta tarde en la Sala Exclusiva 2 de la Junta de Beneficencia. El entierro será mañana en el cementerio Jardines de la Esperanza.


FERNANDO ARTIEDA HABLA DE JULIO JARAMILLO

Fernando Artieda era un atento observador de lo popular y lo vernacular, asunto que elevo a nivel académico y clásico.  Aquí hablanDo del Jota Jota.

 

                     JULIO JARAMILLO CANTANDO EL PASILLO
            "GUAYAQUIL DE MIS AMORES"

Recordado pasillo que Lauro Dávila escribió para Guayaquil, y que el gran Nicario Safadi le puso música. Junto a otros compositores,  como Solís Moran, Silva Pareja, y Rubina Infante,  hicieron avanzar en belleza el pasillo costeño.




GUAYAQUIL DE MIS AMORES



Tu eres perla que surgiste

del más grande e ignoto mar

y si al son de su arrullar

en jardín te convertiste

soberano en sus empeños

nuestro Dios formo un pensil

con tus bellas Guayaquil

Guayaquil de mis ensueños...


Si a tus rubias y morenas

que enloquecen de pasión

les palpita un corazón

que mitiga negras penas

con sus ojos verdes mares

o del negro anochecer

siempre imponen su querer

Guayaquil de mis cantares...


Porque tienen las princesas

que fascinan al mirar

y que embriagan al besar

con sus labios de cerezas

te reclamo las dulzuras

con que anhelo yo vivir

para nunca más sufrir

Guayaquil de mis ternuras...


Y al mirar sus verdes ojos

donde mi alma anhela estar

prisionera cual el mar

o al hundirme ya de hinojos

en las noches con fulgores

que sus ojos negros son

te dirá mi corazón

Guayaquil de mis amores...