junio 22, 2007

JOSÈ ENRIQUE BRICEÑO BERRÙ O LA RAZÒN DE LA DISTANCIA/ ARMANDO ARTEAGA

LA LITERATURA EN PIURA

JOSÉ ENRIQUE BRICEÑO BERRÚ O LA RAZÒN DE LA DISTANCIA

Por Armando Arteaga



Josè Enrique Briceño Berrù, escritor piurano que reside en Milàn. Foto; Armand.


Creo que es posible ya, empezar a hablar de una “literatura del exilio” como un segmento interesante de la literatura peruana actual, y dentro de esta actitud o situación vigente, de algunas obras publicadas por escritores peruanos que vienen viviendo ya más de dos décadas en el extranjero. Al hacer este balance, es posible incluir estos aportes como algo natural de este proceso de internalización de nuestra literatura nacional, y dentro de ello, por supuesto incluir el conjunto de las literaturas regionales que se suman a este proceso global, como es el caso de Piura: fuerza centrífuga y flujo migratorio (que se viene dando desde al década del 70).

La migración de los escritores piuranos se a realizado primero hacia Trujillo y Lima, y después con mayor énfasis hacia Estados Unidos y Europa. Los desastres naturales ocasionados por El Fenómeno del Niño, la crisis económica de la década de los 80, el accionar del terrorismo y el narcotráfico, y la falta de condiciones laborales para un mejor desarrollo humano, que van haciendo poco a poco irrespirable estos espacios culturales y geográficos del país, han ayudado a este nuevo accionar de una nueva literatura vigente. Estas causas, muy deplorables, han sido algunos de los factores sociales, políticos y económicos, que han ayudado a la demarcación de este proceso de exilio “voluntario”. Suman hasta el momento cerca de cuatro millones de peruanos que andan repartidos por el mundo, viajando como embajadores literarios de aquella parte de nuestra cultura, y como es lógico llevan también en sus alforjas el “bicho” de la literatura, por supuesto. Viajar, talvez pasatiempo de vagos, turistas, empresarios y millonarios, ha incluido también en esta fauna de nuevos seres que van abriendo los ojos por el planeta a los poetas, en esta actividad asombrosa y deslumbrante de “internacionalidad”.

Para el caso, de la literatura en Piura, el ejemplo de José Enrique Briceño Berrú es de una resonancia increíble, que desde hace un buen tiempo, estamos obligados a comentar. Por la importancia de este suceso literario de “internacionalidad” de este escritor piurano a realizado, un gran salto de garrocha sobre el marasmo cultural limeño (que a veces permanece enclaustrado en sus vanos egoísmos y miserias limitadas por los dimes y diretes sin ninguna actitud de autocrítica frente al espejo del propio trabajo literario, venido a menos en los últimos tiempos). Nadie a mirado con objetividad el devenir del trabajo literario de estos escritores del exilio que se han ido del país en busca de nuevos horizontes, pero que siguen escribiendo sobre “la promesa de la vida peruana”.



José Enrique Briceño Berrú es natural de Chulucanas (Piura) y vive actualmente en Milán. Se fue a los 17 años de Piura para realizar sus estudios universitarios en Trujillo, y luego vino a Lima, a la Universidad de San Marcos, y de allí a la Central de Barcelona, a la Católica y a la Nacional de Milán, y también a la Nacional de Roma. Y aunque sus atributos profesionales están en el campo de lo jurídico, de las ciencias políticas y económicas. La gran vocación de José Enrique Briceño Berrú es la poesía y la literatura: ocupan parte de su trabajo de escritor: la narrativa y el ensayo. Al galgo le viene la tradición de familia, es sobrino del respetado poeta piurano Arturo Briceño Carrasco.

Veo la obra poética de José Enrique Briceño Berrú dentro de la tradición primero del romanticismo, tiene esta vertiente “romántica” que viene en algunos poetas piuranos desde Carlos Augusto Salaverry, pasando por Héctor Manrique, Alfonso Vásquez Arrieta, Carlos Manrique León, Federico Varillas, Luis Vilela Vásquez, Víctor Flores Zapata, hasta llegar a Raúl Estuardo Cornejo. Su poesía tiene también el “Sturm und Drang” de esa estridencia romántica de la poesía amorosa de Enrique Peña Barrenechea, Juan Ríos, Manuel Scorza, Washington Delgado, José Alfredo Hernández y César Calvo. Exagera el valor de lo individual y lo subjetivo, busca la soledad, la lejanía y el drama, como en el arcaico dilema de la explosión entre el mundo circundante y el yo ideal del poeta.

 
Su libro “Dall´Amor Profano All´Amor Sublime” (Bresia, 2001), acepta la devoción por el perfume de lo agreste, la naturaleza como tal contemplada desde la libertad absoluta de la ingenuidad, lo sepulcral, lo tormentoso, lo triste, lo decadente y lo melancólico del paisaje, donde por supuesto esta inmaculada la mujer como un ser supremo. Lo cotidiano y lo rural tiene también su lugar exagerado en cada uno de los poemas de este libro que el propio Briceño Berú ha traducido en el idioma de Dante: el italiano, por momentos muy cerca del provenzal. Aunque algunos poemas como “Fascinazione” los escribió en Lima, y otro como “Intemporalita” fue escrito en Barcelona. Los poemas aparecen incluso como un diario y fechados, indistintamente en diversos escenarios y ciudades, por donde el poeta ha recorrido esa huida de lo real para salvar el amor, ese gran sentimiento absoluto y espiritual del poeta.

Reclamando un sentido muy universal del sentimiento del amor, Briceño Berú nos lleva al continente filosófico de Ortega y Gasset: “nuestra vida vive siempre de una interpretación del universo”. Lo que importa siempre en la poesía de Briceño Berrú es el desenvolvimiento de la libertad del hombre, con esa actitud de la búsqueda sincera del verdadero “nihil humanum”, fuera de la vanidad del sabio, o el orgullo del erudito, lejos de “la barbarie de la especialización”.

Creo entender que por eso es fuertemente “sencilla” la poesía de Briceño Berrú. Insiste tercamente en ese itinerario de lo romántico en sus otros dos libros siguientes: “Quel furtivo dio dell´amore” (“Ese Dios furtivo del amor”, 2002), en el poema “Distanza” empieza preguntándose ¿Quién puede contrariar los designios de la vida?. Aquí los temas de la poesía amorosa son centrales: Una Mujer, La nada, Infierno, Rebeldía. Se trata de dar palabras a la vida. Iñaki Abad Leguina ha definido este singular esfuerzo de la siguiente manera: “El amor, los cuerpos, la belleza, la angustia o la muerte, son algunas de las constantes de este poeta que, con una sencillez digna de la mejor tradición poética hispanoamericana, plasma un mundo hecho de sentimientos, exultantes, amargos o sarcásticos como lo suele ser siempre la vida”.


 Si el “sencillismo” es una constante en esta poética de Briceño Berrú, es en “Il volo del cigno” (2004) donde se vuelve a repetir con insistencia esta manera de angustia existencial que gravita en toda su obra literaria. El poeta está solo y desamparado en el mundo, poesía de exaltación al amor y de la mujer. La evasión hacia un mundo ideal en disputa con lo real, subjetivo y de cierta decepción sentimental, actitud romántica que se vuelve a corroborar en “Los senderos del amor” (2005).

La poesía de Briceño Berrú ha traspasado ya nuestras fronteras literarias, casi silenciosamente, sin ese ruido estridente que tienen algunos. Ha merecido la atención, el aplauso de un sector de la crítica de afuera, por ejemplo, el estudio “La ensoñación del vuelo” (La fuerza creativa del ritmo en la expresión estética de José Enrique Briceño Berrú) de Mariel Rodés de Clérico (literata y ensayista uruguaya, autora del singular ensayo: “El vampirismo en las disociaciones del Yo de Maldoror”). Han escrito sobre su poesía entre otros escritores: Tina Beretta Trezi (Profesora de Filosofía Medieval de La Sorbona), Elena Bono (Poetisa y dramaturga italiana), Guiseppe Bellini (Profesor emérito de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Milán), José H. Estrada Morales (Profesor de Literatura Iberoamericana en la Universidad de Piura), y Miguel Antonio Varillas Velásquez, que desde la piurana Revista “Época” en el año 1984, llamó la atención sobre el trabajo literario del poeta Briceño Berrú.

La pasión por la poesía es algo que siempre nos ha demostrado Briceño Berrú en sus trabajos, una pasión que se integra permanente e ineludible con la plena conciencia que vivimos -culturalmente hablando- un avance de nuestra “piuranidad” cada vez más planetaria. Briceño Berú escribe por igual en castellano, como en italiano, sus libros confirmando esta apertura de su estética y su modo lingüístico. Pero su poesia también labora por ganarse un espacio dentro de la poesía piurana, donde ya es uno de los poetas más representativos del siglo XX, aunque hasta ahora olvidado en las discutidas antologías que en duermevela se han realizado sobre la poesía piurana.



El horizonte literario de Briceño Berú va más allá del juego literario, es una pasión desinteresada, tremenda en esperanzas para nuestros pueblos, conciente de la voz del poeta, como alimento de una nueva cultura planetaria, donde los poetas sueñan por encima de los límites y los chascos localistas. El caos cotidiano que nos rodea no nos permite muchas veces mirar con admiración nuestro propio trabajo de escritores, como es el caso de Briceño Berrú. Ni por asombro somos ilusos para lo congénere en nuestra cultura. ¿Miramos con realismo absoluto nuestra propia realidad de poetas?. La poesía debe ayudar a vivir mejor a los seres humanos en este tiempo tan difícil que nos ha tocado vivir. El poeta tiene la responsabilidad de seguir poetizando en el mundo.

El poeta Briceño Berrú aborda también con esforzada tendencia realista el desarrollo de su narrativa que grita contra todas las injusticias y aberraciones urbanas de nuestras ciudades latinoamericanas, torpes y deshumanizantes. En sus dos libros: “Cuentos infames (1988) y “La ciudad de los reyes mendigos” (novela, 2007), acierta su testimonio, desenmascarando lo feo, lo grotesco, de este escapismo materialista de la realidad actual. Contra todo tipo de tecnificación absurda, de escapismo, de automatismo, de propaganda dirigida, de manipulación: No hay que permitir que se destruya al hombre y su libertad, parece ser su mensaje. El planeta tiene que seguir girando para el propio bien del hombre. Las “narraciones” de Briceño Berrú parecen estar destinadas a recordarnos que la belleza de las cosas siempre tienen que estar a disposición de la honradez humana, tan apurados como andamos ahora conviviendo con la corrupción y la decadencia moral. Los personajes de los “Cuentos infames” como los de “La ciudad de los reyes mendigos”, es gente de carne y hueso, salidos de las calles y de las covachas de nuestras propias ciudades. El realismo de sus acciones nos llevan siempre por esta realidad cotidiana, llena de miseria y de asco, que nos rodea.

Bibliografía:
Poesía:

-José Enrique Briceño Berrú.“Dall´Amor Profano All´Amor Sublime” .La Compagnia della Stampa Massetti Rodella Editori. Bresia, 2001.

-José Enrique Briceño Berrú. “Quel furtivo dio dell´amore” (“Ese Dios furtivo del amor”). Nicolini Editore, Gavirate, 2002.

-José Enrique Briceño Berrú. “Il volo del cigno” Nervature d´amore. Poesie. Bellavite. Editore in Missaglia, 2004.

-José Enrique Briceño Berrú. “Los senderos del amor”. Hipocampo editores. Lima, 2005.

Narrativa:

-José Enrique Briceño Berrú. “Cuentos Infames”. Lima, Edición del autor, 1988.

-José Enrique Briceño Berrú. “La ciudad de los reyes mendigos”. Novela. Lima, Hipocampo editores, 2007.

Acerca del autor:

- Mariel Rodés de Clérico . “La ensoñación del vuelo” (La fuerza creativa del ritmo en la expresión estética de José Enrique Briceño Berrú). Hipocampo editores. Lima, 2006.

En la Foto: Teo Gutierrez editor de Hipocampo Editores, Josè Enrique Briceño Berrù y Armando Arteaga.