junio 27, 2018

LA LITERATURA EN APURÍMAC - ARMANDO ARTEAGA







LA LITERATURA EN APURÍMAC
ARMANDO ARTEAGA

Editado por:

ITECA

Instituto de la Tecnología y la Cultura Andina-Amazonia
2018

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ÍNDICE


1.- PRÓLOGO
Las literaturas regionales vivientes: El caso de Apurímac

2.- LOS INICIOS Y LOS PRECURSORES
La oralidad y el quechua en la literatura apurimeña
Lo arqueológico en Apurímac
Lo histórico en Apurímac

2.1.- CONQUISTA Y ÉPOCA VIRREINAL
2.1.1.-  Los cronistas y Apurímac
2.1.2.- Tramontana del castellano en la monja capuchina Josefa Francisca de Azaña y Llano
2.1.3.- Juan Espinoza Medrano
El barroquismo de Juan de Espinoza Medrano
El Lunarejo, un Indio Ilustrado
Diversos autores y críticos sobre la obra de Juan Espinoza Medrano:
Apologético en favor de D. Luis de Góngora (de: Juan de Espinosa Medrano) / Ventura García Calderón.
Juan de Espinosa Medrano "El Lunarejo"/ Luis Alberto Sánchez.
Espinosa Medrano/ Mariano Picón Salas.
Intermedio a Cargo de Faría y del Lunarejo (Estilística en el siglo XVII) / Dámaso Alonso.
Juan De Espinosa Medrano (1629- 1688).  Apuntes para un estudio biográfico / José Agustín Tamayo Rodríguez
El Lunarejo / Luis Loayza.
El Lunarejo en Asturias / Mario Vargas Llosa
Textos seleccionados de “El Lunarejo”:
Elogio de la Música
Psique y el Amor
El Pavo
La Muerte
Oración Al Apóstol Santiago
2.1.4.- Los jesuitas en Cocharcas
El estigma del tiempo: El Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de Cocharcas

3. - EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA
3.1.- El contraste de la academia
3.2.- El ciclo de Túpac Amaru
3.3.- Sucre y Bolívar en Apurímac
3.4.- Justo Apu Sahuararura y “Recuerdos de la Monarquía Peruana” (1850)

4.- RICARDO PALMA Y LAS TRADICIONES: LIMA Y LAS REGIONES
4.1.- Palma y Apurímac
4.2.- Palma en Apurímac: “Para beber en copa de oro”
5.- LOS VIAJEROS POR APURÍMAC
5.1.-
Raimondi y el papel arrugado
5.2.- Lardner Gibbon y su “Exploration of the Valley of Amazon”
5.3.-  Charles Wiener
5.4.- Ernest W. Middendorf
5.5.- Eugène de Sartiges
5.6.- José de la Riva Agüero y Osma
5.1.- Fernando Belaúnde

6.-  DOS CIUDADES QUE DEFINEN DOS POLOS DE DESARROLLO CULTURAL E HISTÓRICO EN LA REGIÓN: ABANCAY Y ANDAHUAYLAS
6.1.- La ciudad de Abancay
6.2.- Andahuaylas visitada

7.- PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO EN APURÍMAC
              El sincretismo religioso y objetos de contemplación

8.- EL ROMANTICISMO Y LA NARRATIVA FANTÁSTICA
Los demonios y otros fantasmas

8.1.- Jorge Miota
El psicologismo fantástico y modernista de Jorge Miota
Miota y la huachafería / César Hildebrandt
Cuentos:
El pasado muerto
Alma nueva

8.2.- La desbordante narrativa fantástica de Alfredo Castellanos Barrera
Los “Relatos fantásticos” de Alfredo Castellanos
Textos:
El puerto
Ónix

9.-EL LOCALISMO Y LA MEDITACIÓN FILOSÓFICA
El mismo pueblo de todas las ilusiones

9.1.- Juan José Flores y la novela vanguardista “Huámbar”
“Huámbar…” una novela de perturbaciones socioliterarias y de lealtades andinas / Elmer Aliaga
Enmascaramiento y ficcionalidad en “Huámbar poetastro acacautinaja” / Víctor Tenorio
Glosario para entender “Huámbar…” / Hugo Carrillo
Textos:
La favorita de Yayala
El matrimonio
Invitación a la casa de los desposados
La comida
La jarana
La borrachera en su punto
Las bofetadas
La enfermedad de Yayala
Suprema Felicidad
La captura
La fuga
Un susto mortal
Enfermedad y locura
Suma debilidad
Averiguando el paradero de Aledaida
El Apusuyo
Lamentaciones
Sorpresiva aparición
La huida
El empleo
Pérdida del empleo
El retorno a nuestro pueblo
Segunda prisión
Segunda fuga
La bienvenida
Pies para qué os quiero
Nueva captura
Hacia donde Yayala
El castigo

9.2.- Hugo Tello Prado
Textos:
Llajtay ñaupa willanakuna.  Remembranzas de mi tierra
Cumplida soledad en “Dos versiones de soledad”
Un poema para Sabescha

9.3.- Alcides Acuña Arias
Texto:
Por el río abajo del Mariño

9.4.- Abel Gutiérrez Ocampo
El sencillísimo contenido filosófico de “Mensajes y folklore andino”


10.- LO PERMANENTE Y LO ANDINO
La parábola absolutamente conclusa de las truchas: “Los de arriba” y “Los de abajo”
Las truchas huelen, están podridas.

10.1.- José María Arguedas
Arguedas en la textualidad de la poesía quechua
Poemas en quechua:
Katatay: introducción a Katatay/ Alberto Escobar
Iman Guayasamin
Katatay
Cuentos:
El cargador y/o El sueño del pongo
 K’ellk’atay – Pampa
El cargador

1o.2.-Lily Flores Palomino
Los convidados de piedra en la poesía quechua de Lily Flores
Textos:
QePe Waita y su destino
Farfancho
El viaje

10.3.-Alida Castañeda Guerra
El hombre: Un solo Dios, en la poesía bilingüe de Alida Castañeda
Poemas:
Un sueño: desde la otra orilla

11.- LA RESISTENCIA Y EL TRANCE HACIA LA MODERNIDAD
La vida está en otra parte: O el difícil tránsito del compromiso a la acción

12. NARRADORES LOCALES
12.1.-Jorge Flores Ramos
Textos:
Grito
Breviario de recuerdos

12.2.- Erasmo Delgado Vivanco

12.3.- Manuel Gustavo Manrique Tejada

12.4.- Hermógenes Rojas Sulca

12.5.- Zoila Aguilar Pinto

12.6.- Alcides Acuña Arias

12.7.- Reneé Alarcón Montoya

12.8.- Julio César Sanabria Hermoza

12.9.- Ernesto Montoya Obregón

13.- LA MIRADA DE AURELIO MIROQUESADA
Por costa, sierra y montaña:  Una pascana de añoranzas y varias aónides

14.- PROSISTAS Y NARRADORES: VANGUARDISTAS Y CONTEMPORANEOS

15.1.- ABANCAY
15.1.1.-  Manuel Robles Alarcón

15.1.2.- Feliciano Padilla

15.1.3.- Manuel Huanqui Hurtado

15.1.4.- Manuel Gustavo Manrique Tejada

15.1.5.- Dimas Leandro Pareja Azurín

15.1.6.- Monseñor Salvador Herrera Pinto

15.1.7.- J. Carlos Gamero Roberti

15.1.8.- Lucio D. Castro

15.1.9.- Guido Guzmán Ballón

15.1.10.- Giraldo Alfaro Valer

15.1.11.- Rubén Bueno Pacheco

15.1.12.- Rubén Chauca Arriarán

15.1.13.- Hermógnes Rojas Julca

15.1.14.- Ciro Palomino Dongo

15.1.15.- Guido F. Ramírez Tamayo

15.2.- ANDAHUAYLAS
15.2.1.- Renée Alarcón Montoya

15.2.2.- Ruth Alina Barrios Gonzales

15.2.3.- Juan Barrio Contreras (Anédotas Del Maestro Hugo Pesce)

15.2.4.- Gerardo Quintana Quintanilla

15.2.5.- Milciades Montoya Obregón

15.2.6.- Hugo Tello Prado

15.2.7.- David I. Samanez Flores

15.2.8.- Luz Samanez Paz

15.2.9.- Rómulo Tello Valdivia

15.2.10.- Arturo Gutiérrez Velasco

15.2.11.- Luis Rivas Loayza

15.2.12.- Bléquer Alarcón Silvera


15.3.- ANTABAMBA
15.3.1.- José Agustín Tamayo Rodríguez

15.3.2.- Antonio Centeno Zela

15.3.3.- Edmundo Motta Zamalloa

15.3.4.- Hugo Berríos Casas

15.3.5.- Calisto Apaza Gómez

15.4.- AYMARAES
15.4.1.- Humberto Collado Román

15.4.2.- Humberto F. Del Mar De La Torre

15.4.3.- Angel Maldonado Pimentel

15.4.4.- José Maldonado Pimentel

15.4.5.- Venancio Alcides Estacio Tamayo

15.5.- COTABAMBAS
15.5.1.- Edmundo Delgado Vivanco

15.5.2.- Erasmo Delgado Vivanco

15.6.- CHINCHEROS
15.6.1.-  Vidal Ochoa Salazar

15.6.2.- Carlos P. Salazar Rojas

15.6.3.- Ricardo Calderón Gutiérrez

15.7.- GRAU
15.7.1.- Guillermo Viladegut Ferrufino

15.7.2.- Pedro Hernán Portilla Salas

15.7.3.- Waldo Valenzuela Zea

15.7.4.- Mario Sierra Talaverano

16.- HISTORIA Y CRÍTICA
Federico Latorre Ormachea y el resurgimiento de la literatura apurimeña
 AMPAY: Prosistas y Narradores Apurimeños

17.- EL DESBORDE POPULAR DE LOS SETENTA
Extramuros y poetas en varias ciudades del mundo

17.1.- Joaquin Jara Elguera
La edad del tiempo en la poesía de Jara Elguera
Texto:
El reloj

17.2.-Feliciano Mejia
Textos:
Razones y sinrazones / Yacana: Antologia poética (51 poetas)
El estertor de la rata

17.3.-Nilo Tomaylla
Textos:
Canto del ruiseñor. El retorno de Ñawpa machu
Del silencio crónicas. La república de las mujeres

16.4.-Rodolfo Sánchez Garrafa
Antropología y poesía en Rodolfo Sánchez Garrafa

16.5.-Fredy Almícar Roncalla
Los escritos mitimaes de Fredy Roncalla
Textos:
Canto de pájaro
Escritos mitimaes
Hawansuyo ukun works

16.6.-Isaac Vivanco
La música popular y la poesía en Isaac Vivanco

16.7.- Ugo Facundo Carrillo
Ugo Facundo Carrillo Cavero: Érase una vez el pueblo andino de Uranmarca con su “quipukamayoq”
La poesía de Ugo Facundo Carrillo Cavero en el espacio kechwa de la literatura actual apurimeña
El taki de Ugo Carrillo y la poesía quechua actual
El discurso de los zorros en la poética de Ugo Carrillo (Wichay atuqpa rimaynin)
Poemas en Runa Simi:
Sumaqllata pallanakusun pantirway
Aya wayra
Waylluykuway llanturichakuykunallaypaqpas
Ichapas  musquyninta  hichpallanqa

15.8.-Alejandro Medina Bustinza (Apu-Runco)
Aproximación a la nueva poesía apurimeña (a propósito del libro “Ojos tocuyo” de Alejandro Medina Bustinza).

15.9.-James Oscco Anamaria
La poesía trunca de James Oscco Anamaría
James Oscco Anamaria, un poeta apurimeño
Un poema de James Oscco Anamaría
Réquiem para James
Para James
Poemas:
Maestro fuego
Gaviotita blanca
Relámpagos de amor
Siempre seré águila

15.10.-Hernán Hurtado Trujillo
El enigma del fuego y la nieve en la poesía de Hurtado Trujillo

16.- Magali Taipe Huayhuas
La oralidad moderna en “Los padres de los chankas” de Magali Taipe


17. CONCLUSIONES FINALES
Dios y el diablo no nos quieren contentos








PRÓLOGO


Las literaturas regionales vivientes: El caso de Apurímac[1]


Las literaturas regionales suelen ser casi siempre motivo de grandes polémicas cuando se trata de definir su carácter “independiente” respecto a los centros imperiales que mueven la cultura en el planeta.  Apenas se les acepta como manifestaciones “marginales”, como “sucesos curiosos” de la periferia cultural mundial.

El etnocentrismo cultural occidental de las mal llamadas potencias culturales mundiales no permite la visualización de la riqueza de las múltiples manifestaciones literarias que muchas de estas literaturas regionales tienen, y que contienen excelsas figuras (escritores) llenas de grandes valores culturales (obras literarias). 

Un carácter de excesivo nacionalismo y de abuso por el prestigio centralista occidental hace el juego de invisibilidad a casi todas las literaturas regionales de los cinco continentes en que hemos dividió el mundo, geopolíticamente e históricamente hablando.

La literatura peruana en su conjunto es desde un punto de vista planetario una pequeña literatura regional, una parte de la literatura latinoamericana, un sub-conjunto de la literatura española, si queremos.

Muchas veces en conflicto con las otras literaturas sustantivas como la literatura catalana, la gallega, la vasca, la castellana, solo para citar algunas que sobreviven –al colonialismo- dentro del territorio complejo español y a sus áreas culturales de influencia.

Por lo tanto, existimos como literatura peruana desde el cuestionamiento literario y estético, y la vigencia de las preguntas difíciles sobre nuestra existencia literaria en la antesala al modernismo literario, y en la puerta de ingreso al mundo anglosajón, ahora.
Un balance y liquidación de cualquier proceso literario siempre viene a la medida de un terno nuevo para el lucimiento de una nueva literatura nacional, regional, o local.

En nuestro caso, José Carlos Mariátegui (en los “7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, el ensayo dedicado al proceso de la literatura); Riva Agüero (en “Carácter Independiente de la Literatura Peruana”); y Luis Alberto Sánchez (en los cinco tomos de “La Literatura Peruana”); han sido los pioneros por este debate de la literatura nacional.

Pero se ha obviado en esta manera de estudiar nuestra literatura peruana, el impulso literario de nuestras regiones. 

Pues, somos un país de múltiples regiones, desde las definiciones de Francisco Pulgar Vidal o de Emilio Romero, para insertarnos en el proceso cultural y económico en esta etapa de modernidad y post-modernidad, poco ayudan los conceptos geográficos, y menos los históricos.

El Perú es un país que anhela la descentralización, que necesita de un proceso de regionalización que integre sus expectativas culturales.  Allí vive entonces este debate de literaturas regionales.

Tenemos entonces la expectativa de las lenguas, somos un país donde se habla el castellano, el quechua y el aimara, y más en la Amazonía (según Peter Landerman los jesuitas tradujeron fragmentos del canon cristiano a unas 150 lenguas indígenas de la Amazonía Peruana), muchas de estas lenguas aniquiladas ya, en extinción, o sobreviviendo.

Somos un país multilingüe, se conocen alrededor de 65 lenguas. De las cuales, solo en la Amazonía Peruana se hablan aproximadamente 43 lenguas, las cuales se agrupan en 17 familias lingüísticas. Por lo tanto, allí vive también la expectativa de las literaturas regionales en este momento actual.

Literatura regional es un título "formalmente" correcto, siempre que el lector no olvide que no se trata de curiosidades folklóricas o reminiscencias provincianas, sino de la literatura de un ámbito cultural determinado, de identidad y  de sustantiva calidad, que extienda  un espacio cultural superior a las expectativas de las propias regiones,  y que asume  este concepto formal una dinámica interna propia y de supuesta riqueza, de supérstite, de un vigor, una fuerza, expresión libre de cualquier cultura viviente y distinta, que supera  sus propios límites.

El caso de la literatura apurimeña despierta el interés por escritores tan distintos y universales como Juan de Espinosa Medrano El Lunarejo y José María Arguedas, una literatura regional escrita en castellano y en quechua. Con un inventario de más de cuatrocientos escritores, entre narradores, ensayistas y poetas.

Todas las regiones actuales de nuestro país tienen actualmente un parecido perfil literario que espera le pongamos mayor interés en estudio, en divulgación y difusión de sus obras literarias.

Para que una literatura regional exista como tal es necesario estudiar su proceso histórico, definir su registro curricular de estudios, editar su bibliografía básica y fundamental, incentivar las lecturas de las obras literarias de sus intelectuales, creadores y escritores.  La literatura regional es un instrumento estupendo para el desarrollo sostenible de las propias regiones.



Armando Arteaga




[1] Sinopsis de la conferencia del mismo título dada en el “Primer Coloquio de Estudios Literarios: De qué hablamos cuando hablamos de literatura regional” (Universidad Nacional de Trujillo-La Libertad: Departamento de Lengua y Literatura:  Campus Universitario, martes 23 de octubre 2012, 6 p.m.).


junio 16, 2018

BRAULIO QUIROGA Y LA ESTACION DE LOS SUEÑOS TRASCENDENTES / Armando Arteaga


BRAULIO QUIROGA
Y
LA ESTACIÓN DE LOS SUEÑOS TRASCENDENTES



Los poemas de Braulio Quiroga tienen casi siempre el rumor de las olas marinas rozando muchas veces el punto de sal y la proyección del sol en el paisaje del desierto piurano, donde suele morir el tiempo hechizado de la experiencia humana y el “buen vivir” de los hombres sencillos de Sechura.

El poema a su padre es una búsqueda por explicarse como se mueven los afectos familiares  en  el sueño de las cosas,  relativas en el tiempo y en el universo horizontal del trabajador piurano: campesino, o pescador, artesano o padre de una numerosa familia, tal como se desarrolla  la convivencia del patriarcado,  y como suele ser la vida familiar de la gente humilde de Piura. El poeta extraña la imagen del padre (que no se sabe hacia donde ha ido con el transcurrir del tiempo histórico). Uno sabe que la imagen paterna familiar permanece perenne en la memoria y en la imaginación del hombre-infante, aún cuando envejecemos en el duro trajinar del quehacer humano de los caminos vividos.

La nostalgia estudiantil universitaria y sanmarquina, es otro tema que aborda  desde la descomodidad urbana limeña,  que en determinados momentos transita en sus poemas, va desde ubicar el contexto político de izquierda hasta el detalle de ganarle a la adversidad del día a día: los dilemas de la convivencia social, por “asir”  las bondades del “burro” (el ómnibus que llevaba a los universitarios desde el Centro Histórico de Lima, de la avenida Roosevelt  hasta la ciudad universitaria.  

El humor piurano -constante o  en “leid motiv” por excelencia de todos los escritores piureños-  se desborda y se expresa aquí también como un reclamo alegre, al no dejar pasar para nada las ocurrencias del transito urbano de la capital en contraste con el transito rural de la provincia, espontaneidad notoria y resaltante de nuestros piajenos piuranos transformados en la imaginación del poeta en móviles urbanos (de juguetes lúdicos)  entre conflictos que desplazan a la masa estudiantil, la puesta en escena de diversos escenarios que se mueven, o cambian, en la imaginación resultante del paso de un espacio a otro, entre la tradición y la modernidad; y creo que la metáfora del equino empleado como bestia de carga funciona risueñamente como una expresión del poeta de su franca piuranidad como un regalo de ingenio literario.  Teodoro Garcés Negrón explicaba en su Romancero Piurano que el escudo de la tierra de Grau y Merino tiene bien ganado tres imágenes que explican semióticamente para definir en síntesis la idiosincrasia de un pueblo: el algarrobo, el piajeno y un bandolero.

La tradición literaria de Braulio Quiroga viene con matices de varios maestros que han desarrollado la poesía social, de la expresión ferviente de Emilio Saldarriaga, del lenguaje fabril de Leoncio Bueno y Víctor Mazzi, tiene de ellos la visión poética-política que pretende comunicarnos siempre un suceso de disconformidad.  Braulio Quiroga tiene la visión espontanea de una poesía descriptiva que aborda con galanura el drama social, desde el gesto “sencillo” busca la aparente formalidad de las paradigmas que traen  sus imágenes de connivencia social y de contemplación individual  sobre la vida, para proyectarlas en una pantalla social que es lo que le interesa subrayar al poeta.  Sus imágenes nos devuelven la belleza de las cosas simples vividas por nuestros paisanos piuranos, donde el poeta agradece galano y a contratiempo el desborde de su piuranidad. Se complace en administrar y en convivir su experiencia humana vivida. 

El poeta discrepa por momentos con la “pureza”  de la poesía, por eso le da un contenido “social” explicito, que es de un tono elegante, no es de ninguna manera áspero, al contrario, tiene una oralidad y un discurso narrativo-poético a contrapunto. Es una poesía llena de nostalgia, de firmeza individual y de contenido ético.  Desdice lo grotesco que suele tener la vida en algunos momentos, toma distancia del contexto político fácil, su fuerza está en la decisión de la expresión libre de sus convicciones, su belleza: en creer que existe todavía un futuro mejor para la vida de los hombres. 

El panorama literario que corresponde a Braulio Quiroga se enmarca en el más amplio y diverso territorio de la piuranidad.   Sigue el transe del esplendor de la oralidad de los tallanes, los vicús, los guayacondos y los guancapampas, y toma “palabras” del habla popular del pueblo piurano.  Su poesía continúa y recoge la integración de un lenguaje para la enseñanza,  y tiene mensajes de alto tono sonoro para una esperanza de mejores condiciones de  niveles de vida.

Al poeta Braulio Quiroga hay que leerlo y ubicarlo dentro del panorama de la poesía piurana.  La poesía piurana ocupa un amplio y diverso territorio, aparece en este discreto espacio cultural como un apéndice de la literatura peruana, cohabita exitosamente con la prosa: la narrativa y el ensayo.  Y se discute aún, dentro de un escenario de autores dispersos que aparecen en breves  y discutibles antologías, a las que probablemente tienen acceso cualquier despistado lector, algunos ven esta realidad representativa de su prestigio nacional y regional como algo exótico, un suceso anecdótico, un episodio folklorizado, que impide todavía ver la verdadera dimensión real de su importancia.

La poesía piurana actual es una de las más importantes representaciones poéticas regionales de nuestro país. No sorprende por eso, este conseguir atraer nuevos lectores, saber de su tremendo prestigio, de la dimensión inmensa y espontanea  de la extensa producción poética de los vates piuranos.  Esta especificidad de su centro de gravedad que empezó en la modernidad con Carlos Augusto Salaverry, esgrima de su prestigio literario, es dueña de un conjunto de poetas y escritores que dominan esta “oralidad” moderna y postmoderna.   En la poética piurana se ha desarrollado una acción didáctica, que tiene una enorme fuerza literaria que viene desde lo popular y que se manifiesta en mitos, cuentos, poemas orales, leyendas, tradiciones, chismes, anécdotas, creencias, cumananas, toda una trasmisión de conocimientos y costumbres que se han venido realizando en el transcurso del tiempo social  originario y en la historia del desembarcadero piurano. 

ARMANDO ARTEAGA




LA MUERTE EN PRAGA Y OTROS RELATOS DE GUERRA / Armando Arteaga


LA MUERTE EN PRAGA Y OTROS RELATOS DE GUERRA

Por Armando Arteaga



El tremendismo por lo fantástico de Rafael A. Miranda es una tradición literaria que  viene desde Clemente Palma, mueve sus demonios hacia un “revisionismo” histórico por volver a poner en vitrina a personajes destacados en las enciclopedias sobre la segunda guerra mundial, que es el “background” narrativo de un niño-adolescente,  que cuenta a su manera las “historias” de todo lo que recuerda, recorren sus fantasmas sobre pantallas imaginarias (como en las películas de cine negro): sus obsesiones más crudas, por los temas nazis, tal parece le hubiese gustado  ser un “autor infame”, digno para ser incluido en la famosa antología “La literatura nazi en América” de Roberto Bolaño, para llamar la atención de cierta critica formal literaria en tiempos de la “guerra fría”, aunque al final, sus relatos se vuelven atentas miradas también hacia el tema de los acontecimientos del auge  “bolchevique”.
A  Rafael A. Miranda le encanta espantar a los burgueses, abomina en realidad de los totalitarismos sin nombre, se mete en carne y hueso en cada uno de sus personajes  por más que estos sean inventados de la pura “ficción”. ¿Acaso la ficción no es una realidad tan inmediata delante de nuestras narices, o acaso la realidad más allá de nuestras narices  no tiene casi todo de ficción? Adolfo Bioy Casares refiriéndose a las fantasías metafísicas, y eso sucede siempre en los relatos de Rafael A. Miranda: “Aquí lo fantástico está, más que en los hechos, en el razonamiento”. Nuestro narrador de “Muerte en Praga y otros relatos de guerra” es en verdad un gran conocedor  de todos los elementos sustanciales del género literario narrativo llamado “literatura fantástica”, como si la otra literatura que viene del realismo más puro, no fuera, por decir, a todas luces, elaborada de la fantasía de un autor.
Son ocho excelentes relatos que van llevándonos de tal manera por el aparente “horror” nazi, donde los personajes son seres “reales” de historias del nazismo que se van mezclando con sucesos fantásticos, que en realidad nos van mostrando si “historicismo” formal que se va transformado en un “histerismo” banal, que pasa por su discordia política y llega a su desborde criminal.  En “Juego de juguetes”: “La muerte baile y ríe en el corazón de los hombres”. La vida resulta solo un “juego” donde todos juegan menos el escritor que cuentas las cosas que suceden, se supone, en la vida. La vida va en viaje desde el narcicismo infantil hasta la decrepitud inútil de la vejez, porque antes sus personajes ofrecen el crimen, la intriga, la eliminación del adversario, todo en un mundo donde “ficción” y “realidad” se dan la mano: “Es la lucha de la muerte con la muerte por el triunfo de la vida”. 
Todo se sintetiza en realidad. Los hombres desde muy niños juegan a la guerra, viven permanente en guerra, matan y mueren en la guerra. La muerte tiene esa fuerza fanática y destructiva en la historia de la humanidad, en los sucesos aun intrascendentes de los regímenes totalitarios, en la pasión amorosa, en la vida familiar, en el tiempo muerto de las cosas. Donde la muerte juega con la muerte.  Donde lo incierto es lo único que nos espera.  “Muerte en Praga” que es el relato que le da nombre al libro, reseña a la ciudad de Praga como “un cuerpo con años que camina por la historia”.  Una ciudad sitiada donde la muerte ronda infinitamente.
La mutación de un personaje real en otro imaginado ya sea a través del sueño o el recuerdo es un artificio siempre valido en los relatos fantásticos, Rafael A. Miranda hace uso de este recurso literario a menudo, un acontecimiento se trueca de lo real a lo fantástico, administra bien el “raconto” y otras técnicas: la sorpresa del argumento, en fin, que mezclando con los diálogos.  Sabe contar, toma de referencia siempre la historia, las crónicas de guerras, el documental periodístico, y la metamorfosis de los personajes para explicar mejor la intervención de un ser o de un hecho sobrenatural.
En “Años luz” la narrativa se torna hacia la ciencia-ficción, des-construye  algunos de los acontecimientos históricos que conmovieron al mundo sin orden alternativo con el tiempo: la revolución francesa, la revolución rusa, César Vallejo conversando con Hemingway en un encuentro de escritores antifascistas, y retrocede hasta el año 33 la crucifixión de Cristo. En este viaje, el tiempo y el espacio se diluyen todo va hasta una distancia etérea: “Cinco mil millones de años luz”.  La historia de la “Odisea  del Espacio” como un viaje eficaz, hacia atrás, y hacia adelante. No importa el tiempo lineal y físico.  El pasado se abre fascinante tanto como el futuro. La historia de la humanidad es protagonista principal a través de un viaje como si una moviola cinematográfica y cibernética avanzara y retrocediera en imágenes.  La evolución de la humanidad como tema “fantástico”, es ya una realidad ahora mirar desde una sala de operaciones de una clínica la entraña anatómica del universo humano. Es real, ver el palpitar zigzagueante en un monitor de tu propio corazón, antes del final, de un rápido electroshock.  Volando en un carro, como en el cine mudo de Melies, su “viaje a la luna”.
En los tres últimos relatos: “Stalingrado el poder de la voluntad”, “La tercera guerra mundial”, y “Holocausto”, obtiene con mayor destreza su propia objetividad frente a la historia de la humanidad en tiempos de guerra, su perspectiva narrativa sega el tema nazi y alterna el desencaminado tema “bolchevique” dando mayor redondez a su esfera narrativa: el totalitarismo histórico.   Rafael A. Miranda, es por supuesto un narrador  dialéctico, que de “informe” narrativo   a infierno vivido, nos recuerda  las torpezas y locuras de la humanidad: visión nietzscheana y foucaultiana.   La historia como una encuesta de sucesos.  Y la música de Mozart como un destello de fondo perfecto.