EL GUAYACAMAYO
Revista virtual de poesía ecuatoriana y peruana desde los años 70 hasta la actualidad.
Guillermo Falconí. (Canta, 1950). Siguió estudios de antropología en San Marcos. Poemas suyos se han publicado en Cronopios y Sol & Niebla y en la antología Yacana / 51 poetas. Autor del libro "Cazador de la noche".
BANGLADESH
(Memoria de dos mil años)
Y en el fondo de la niebla tu vida aparece
como un antiguo cuento.
Huele a tinta china y tiene el semblante
del Harlem Rag violeta.
Y has vivido tragando los vientos del sur
y los vinos del desierto
como un viejo busca fortuna en el fondo del mar.
Hoy escribo sobre ti
masticando chiclet y ajos en una estación
que da contra la muerte,
aquella que rota sus ojos negros alrededor de la Historia,
que busca tus abismos en
las plazas públicas de la ciudad
donde los patios coloniales
han oscurecido apestando a menta y Coca-Cola,
y mi mujer me abre sus piernas
para que yo respire el crepúsculo
de vuelta al mar y a su corazón.
Esta es la hora de la inmovilidad en otras manos,
la hora en que el sentido de las cosas
empieza a perfilarse entre las parturientas de
Munich, mujer.
MI PUEBLO
A la manera de Robert Frost
camino frotando mi corazón contra las piedras,
contra los árboles
y contra las rosas que cubren mis caminos.
Hacia algún lugar, con mi propio deseo
cruzo uno, dos e infinitos puentes
cubiertos de nieve.
Tibio, contemplo los arroyos,
y se cubren de blanco las cascadas.
Es mi pueblo,
mi pueblo hecho a la naturaleza como un trébol carmesí,
con su tempestad y su epopeya,
con aludes y sombras como todo ser en este país.
Por ejemplo, hoy puede ser un día de lluvia,
hoy podría ser yo mismo su tormenta,
escupir su cielo o ser la última piedra
que caiga de su rostro.
Pero seguiré pensando en su oscuridad,
en su respiración / en su respiración
de la cabeza a los pies.
EN EL VACÍO
Aquí hay angustia
las imágenes cruzan mi conciencia
lo mismo que los caminos del pasado
con todas sus posibilidades.
Pude haber muerto sin que fuera posible permanecer
en ese abismo
en el azar del vacío
y del espacio.
Hoy sucede todo lo contrario.
Mi embriaguez es una locura de astros infinitos
que el invierno
ha disfrazado en mi ojos.
Y yo amo su mejilla gris cuando derrama su corazón
en el mío
cuando la música y el genio del mar y los ríos
cruzan
el puente de San Juan
y se posan con sangre de mujer bajo las piedras.
Ahora estoy agitado…
……………………………………………………..
soy un corazón agitado
que va del sístole al diástole
ese movimiento sagrado para ti.
Por fin quiero la lluvia
la realidad
la eterna música del mar.
UN CARACOL EN LA NIEBLA
Siento que te fuiste hace tiempo.
Siento en ti el pasado,
esa soledad que no aparece ya en mis calles.
Siento que otra vez vuelve la luna para el recuerdo,
que los días que vendrán traerán el verano
y entonces estaré elucubrando que fuiste así / que así fuiste.
Las calles de mi ciudad entonarán su eco
(así fuiste, como la luna otra vez).
Y nosotros, los caracoles de la colina,
los germinales de agosto,
la duda,
la afirmación
y el frustrante deseo de querer siempre algo,
de estar aquí o en el sueño.
¡Oh descomunal vacío de esta noche!