octubre 13, 2010

FUEGO/ CROMWELL CASTILLO



De CUATRO IMPERIOS O ESTÉTICA DE LAS REVELACIONES (libro inédito) *



FUEGO



A los amigos poetas Armando Arteaga y José Briceño Berrú


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Llegar a la luz elemental.

Llegar a la orilla donde arena húmeda

sostiene nuestra incertidumbre.

La ventaja de emigrar al Fuego

es no prescindir del ruido de sí mismo.

En medio de nosotros, la fogata

fragmenta la oscuridad inicial

y entiniebla los rumores del agua colindante.

La respuesta es superficie iluminada:

No temamos al origen de la piedra.

La más reciente manifestación de tragedia

ahora es gozo y mística de resistencia.

El viaje al Fuego es un conocimiento radical y llano.

Aunque variable y sonoro es el mensaje del agua

las llamas han alcanzado elevación de cántico silvestre.

Nuestra condena no es ligereza natural,

es sonido voraz que la vida debe decir para siempre.

Desde aquí hemos merecido los giros del propio ruido.

En el día nuevo, todo mensaje es un desplome:

La espaciosa agua no pudo llevarse nada.

Hay brasa y ceniza en todo intento de Fuego:

Todo está intacto.

Es que somos nada.

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No.

El Fuego no es el signo de morir con importancia.

Es resistirse

bajo la hoguera del sol latente

y celebrar la sombra.

Entonces prepara para la noche la sangre

de heredados rituales

si el delirio cobra de sí su último aullido transparente.

Las calles son una revolución discreta y profunda.

Dentro de nosotros

también la consecuencia define el orden y el dominio.

Ama la ciudad,

ámala guardián en su abundancia

y busca lo imposible: Florece en el cemento.

Arrójate al designio de agrietar los labios

sin importar el lenguaje monótono del nuevo día.

Ensaya viejas laceraciones cuando despiertes:

Saber bifurcar los miedos es punzar el sueño

de los que abrevian la angustia impunemente.

Por eso

coge tu abismo y calla tu Fuego.

Es mejor atravesar las horas contenidas

con la magia mortal de una pregunta ardiente.


* CUATRO IMPERIOS O ESTÉTICA DE LAS REVELACIONES. El poema está dedicado a mis amigos, los poetas Armando Arteaga y José Briceño Berrú. A ellos, mi saludo y respeto desde la tribuna abierta de Gambito.