VIRGILIO GÓMEZ
E n M e m o r i a
* EXPOSICIÓN
* VIDA Y OBRA DE VIRGILIO GÓMEZ
Mesa Redonda con Juan Manuel Hernández, Carlos Moreno Derbez,
Edgar Saavedra y Ulises Torrentera
* Teatro COLECTIVO CERO MAYA
* Concierto del grupo PICHANCHA
* Teatro COLECTIVO CERO MAYA
* Concierto del grupo PICHANCHA
Miércoles 16 de mayo, 2012
19:00 hrs. Entrada libre
BIBLIOTECA HENESTROSA
Porfirio Díaz 115, esquina con Morelos, Centro Histórico, C.P. 68000 Oaxaca de Juárez, Oaxaca
Tel. 516-9715 Fax 516-9750 ● bibliotecahenestrosa@yahoo.com.mx ●
Twitter: @BiblioHenestros ● Facebook: Biblioteca Henestrosa
www.bibliotecahenestrosa.com
VIRGILIO
Desde
las calles de una ciudad que ha perdido hasta las piedras originales de
sus calles, que ha sido devastada por sexenios de abulia cultural y
creativa, te vemos sentado en una de las mesas del café del portal,
asiendo un libro y una idea y por supuesto una ironía sobre las
desgracias que nos rodean a diario.
Virgilio
es la risa que ya no tenemos porque se nos está agotando también la
paciencia para vivir esta ciudad. Sin la ironía cáustica de Virgilio,
los días se nos hacen más lentos, más torpes, menos habitables.
La
ciudad lo extraña y nosotros podemos ahora reunirnos para recordarlo a
ver si así regresan los días de la risa, los días de la feroz crítica y
los días de esa conspiración contra el tedio y la repetición que nos
ahoga.
Vamos
a recordarlo el día 16 de mayo del 2012 en la Biblioteca Henestrosa.
Porque solamente así vamos a lograr mover un poco esas losas que
aplastan el humor, la risotada inmisericorde contra los “otros unos” que
invariablemente son esos otros, los formales, los serios y comportados,
los políticamente correctos, los responsables de la desgracia política,
ética y cultural de nuestra ciudad.
Para
hablar de Virgilio el pintor, el marxista, el militante, el maestro y
el amigo, te esperamos y para hablar nada más, una revuelta contra el
silencio que Virgilio no habría permitido que lo rodeara ni aun en esta
ausencia que lo evoca.
Por
eso vamos a hablar con él para que el silencio profanado nos regrese la
risa. Y la alegría que Benedetti –su entrañable camarada- también se
está cansando de defender él solo.
Patricia Álvarez