TRES TEMAS ECUATORIANOS / ARMANDO ARTEAGA
La novela “Polvo y Ceniza” de Eliécer Cárdenas evocó la figura de Naún Briones
1
Viví desde muy niño al filo de la frontera entre Perú y
Ecuador, al ritmo de la amenaza de guerra entre ambos países, fiebre de los
mayores de edad de ambos bandos que alimentaban mi imaginación literaria, gran
suerte la mía. Estudie un par de meses primer año de primaria al borde del mísero
conflicto, saltábamos hacia el otro bando y ya estábamos en Ecuador, la tierra
que visitó Humboldt.
La novela “Polvo y Ceniza”
2
Naún Briones, el bandolero de los cantones lojanos
Enrique Congrains, que era algo
parco para la conversación, me confesó una vez que visitó Guayaquil en junio de
1959, y que esa vez conoció al novelista Adalberto Ortiz, que le obsequió su
novela “Juyungo” (1957), novela que es “historia de un negro, una isla, y otros
negros”. Era los tiempos de la moda literaria de “Matalaché”.
Naún Briones, el bandolero de los cantones lojanos, era una “leyenda urbana”
hasta hace un tiempo, un mito como Froilán Alama, para el caso piurano.
3
Un bandolero que robaba para regalar a los pobres
lo que le quitaba a los ricos.
Naún Briones, el bandolero de los
cantones lojanos, era una “leyenda urbana” hasta hace un tiempo, un mito como Froilán
Alama, para el caso piurano. Nadie le había
visto la cara nunca, hasta que han aparecido unas fotografías del elegante
personaje. Un bandolero que robaba para
regalar a los pobres lo que le quitaba a los ricos.
La novela “Polvo y Ceniza” de Eliécer Cárdenas
evocó la figura de Naún Briones
como una abanderado de las causas justas de Loja
La novela “Polvo y Ceniza” de Eliécer
Cárdenas evocó la figura de Naún Briones como una abanderado de las causas
justas de Loja, lo mismo que una pequeña biografía “Naún Briones. Leyenda y tradición” del profesor Eduardo
Pucha Sivisaca, amigo lojano que conocí en Piura y me obsequio su libro. Resulta que aparecieron unas fotografías de
Naún Briones, y el tipo era todo un divo
elegante, mismo Tatán, mismo Django (en lo urbano limeño). Pucha, el profesor escritor, lo recuerda así: ‘’Los campesinos, especialmente los chazos lojanos que habitan en el
cordón fronterizo, son los que más lo recuerdan, y alrededor de él se han
tejido historias y ficciones que son parte de nuestro patrimonio narrativo
cultural, relatos que tienen algo de verdad, algo de historia y algo de
fantasía; pero ante todo, más de leyenda y tradición que resistiendo al tiempo
se niegan a borrarse de la memoria colectiva”.
del profesor Eduardo Pucha Sivisaca,
amigo que conocí en Piura
.