TRABAJO
Esto hicieron otros
mejores que tú
durante siglos.
De ellos dependía
tu sensación de libertad
tu camisa limpia
y el ocio de tus lecturas y escrituras.
De ellos depende
todo
lo que te parecía natural
como ir al cine
o estar triste, levemente.
Lo natural, sin embargo, es el fango,
el sudor, el excremento.
A partir de ahí, comienza
la epopeya, que no es sólo
un asunto de héroes deslumbrantes,
sino también
de oscuros héroes, suelo de tus pisadas,
página donde se escriben las palabras.
Deja las palabras, prueba
un poco
lo que ellos hicieron, hacen,
seguirán haciendo
para que seas:
ellos,
los sumidos en la necesidad
y la gravitación,
los molidos por los soles implacables
para que tu pan siempre esté fresco,
los atados
al poste férreo de la monotonía
para que puedas barajar todos los temas,
los mutilados
por un mecánico gesto infinitamente repetido
para que puedas hacer
lo que te plazca con tu alma y con tu cuerpo.
Redúcete como ellos.
Paladea el horno,
come fatiga.
Entra un poco, siquiera sea clandestinamente,
en el terrible reino de los sustentadores
de la vida.
NOTA DEL SEPELIO
En la mañana de hoy, viernes 2 de octubre, fue sepultado en el Cementerio Colón de La Habana Cintio Vitier, destacado intelectual católico, cultivador de la poesía, la narrativa, el ensayo y la crítica literaria. Fue, junto al padre Ángel Gaztelu y otros destacados escritores cubanos, fundador de la revista Orígenes en los años 40 del pasado siglo.
Antes de ser depositado en el panteón familiar, el féretro con los restos mortales de Vitier fue conducido a la capilla central del Cementerio, donde el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana , dirigió la oración fúnebre por el eterno descanso del distinguido intelectual.
Cintio Vitier había cumplido 88 años el pasado 25 de septiembre. Le sobreviven su esposa, la poetisa Fina García Marruz con quien estuvo casado 63 años, sus hijos José María y Sergio, nietos y biznietos.
(Redacción Palabra Nueva)