LA “TEOLOGÍA DEL SOL” DE FELIPE BUENDIA / ARMANDO
ARTEAGA
“Teología del sol” (Paris, 1952), novela-poema de Felipe Buendía, es una especie de “Nadja” de André Bretón. En esta propuesta literaria se nota el mejor momento de la escritura surrealista de Buendía. Originalmente “Teología del sol” fue escrita en Paris y dedicada a Carlos Rodríguez Saavedra: llevaba otro titulo y quizá otro asunto, luego fue rehecha en Lima a base de la misma sintaxis y guardando su calidad primigenia posiblemente distinta pero fiel. Carátula de Bracamente. Una rareza literaria, publicada en mimeo.
Aquí observamos los mejor de la prosa-poética de
Buendía (el agitador literario de “La conspiración del silencio”, esa columna periodística
leída por mí desde mis tiempos de colegio):
“Aguas de otra manera traslúcidas y
penetrantes
como el
acero,
aguas
Bahamas
aguas
bermudas
bahías
abiertas a la pasión americana, el músculo negro que busca monedas en las
fauces de los tiburones, la garganta que modula el ritmo de palmera, la piel,
la futa, el estertor, la secreta oración de las colinas, y finalmente la boca
que expele esa cadencia de caderas, el oído de nácar, secretamente dicho, la
pupila”
Buendía es uno de los escritores más
representativos de la Generación del 50, conocido como escritor de literatura
fantástica, pero en esta novela-poema se ve su verdadero talante literario,
haciendo una estupenda escritura automática, tal como quería Bretón y los
surrealistas. Tuve la suerte de compartir muchas conversaciones de café con él,
y ambos compartimos y escribimos nuestras opiniones periodísticas durante
muchos años en el diario Expreso.
Buendía ha sido además un escritor muy prolifero,
escribió teatro, hizo cine y pintura.