Rubén Ortega es un escritor y musico lojano
El héroe
en la memoria del crepúsculo
Por: Rubén Ortega Jaramillo
El siglo XX que acaba de transcurrir, indudablemente fue el siglo de las Luces, pero pàra nuestra América tiene connotaciones, que no se volverán a repetir. Es la época en que el nuevo mundo conquista al universo de habla hispánica para las artes bellas y de manera especial para la literatura. Es el siglo en que surge, con voz propia, con inspiración desbordante, y con formas originales, depuradas e impresionantes, una pléyade de creadores formidables. Algunos alcanzaron notoriedad y fama, otros se quedaron en el terruño y los ha sepultado el olvido.En México, Amado Nervo; en Nicaragua, Rubén Darío , en Guatemala; Miguel Angel Asturias; en Colombia, José Asunción Silva, Gabriel García Márquez, Porfirio Barba Jacob; en Ecuador, Jorge Carrera Andrade, Remigio Romero y Cordero, Manuel Benjamín Carriön, Felicísimo Rojas; en Chile, Gabriela Mistral y Pablo Neruda; en Argentina, Jorge Luis Borges; en Uruguay, José Enrique Rodó; en el Brasil, Amado Alonso y Alberto Jijena Sánchez; en Venezuela, Rómulo Gallegos y Eloy Blanco; en Cuba, José Angel Buesa y Nicolás Guillén. Y conste que solamente he mencionado al poeta o narrador emblemático de estos países. Y, por fuerza de la oportunidad en Perú, debo detenerme un instante. Es el siglo en que Lima había crecido tanto que todo estaba centralizado alli. La intelectualidad y el arte de otras ciudades solamente se conocían cuando había llegado a la capital.Arequipa y Trujillo, de manera particular, tenían lo suyo. Víctor Raúl Haya de la Torre y César Vallejo no son limeños. Pero Chabuca Granda y Felipe Pinglo Alva inundaron al continente con su música y se codearon prácticamente con Magda Figuerola, César Miró Quesada, Manuel Scorza, Julio Ramón Ribeiro, Juan Gonzalo Rose, Reynaldo Naranjo, César Calvo, Carlos Domínguez, y con el más conocido para nosotros, Luis Felipe Angell de Lama, " Sofocleto ".El hermano menor de esta generación incomparable, que tanto prestigio ha dado al continente, resulta ser el escritor sullanense( Piura ) Juan Félix Cortés Espinosa, quien por fortuna se encuentra entre nosotros, porque ha querido lanzar en esta tierra para que inmediatamente circule en Ecuador, Perú y otros paises su último trabajo , la novela histórica, El Héroe en la Memoria del Crepúsculo. Esta verdadera distinción que el autor ha dispensado a nuestro pueblo, merece nuestra gratitud especial, porque es una muestra más de afecto y admiración que Juan Félix profesa a Loja.Además de su pasión por la cultura, con la cual siempre está en contacto por su profesión de periodista, con toda seguridad puedo afirmar, porque lo conozco desde cuando él era un adolescente y llegaba a la casa de don Emiliano Ortega Espinosa, para dialogar con él, y Juan Félix que realmente posee condiciones excepcionales de suscitador, de líder, de conductor entusiasta, que no solamente trabaja escribiendo y publicando crónicas, poemas, novelas, cuentos, ensayos literarios de literatura y de arte, sino que es un apasionado porque la cultura y las artes lleguen a los lugares más recónditos. Y por iniciativa propia se echa sobre los hombros la cruz de organizar certámenes que la mayor parte de veces tienen connotaciones internacionales, sin ningún auspicio oficial. Le basta su prestigio para que todos le abran las puertas, para conseguir resultados que siempre superan las previsiones.Aparte del valor literario que contiene este trabajo tan singular, es un acopio de documentos históricos; en el exlibris de la ûltima página se lee: " El Héroe en la Memoria del Crepúsculo ", Tomo I se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2008, por encargo del Fondo Editorial de la Casa Museo Juan Félix Cortés de la ciudad de Trujillo".El autor ha querido emplear un recurso de técnica narrativa en las primeras páginas, en las cuales relata la reacción de Bolivar cuando tuvo noticias de la muerte que sorprendió al protagonista en las pampas de Junin. Desde ese instante el interés del lectorqueda preso, y mientras progresa en la lectura encuentra cada más interesantes los textos. En la parte inicial de la novela se encuentran los orígenes de la familia Cortés, que se remonta a la conquista, cuando llegan al continente Hernán Cortés Pizarro( ancestro directo de Juan Félix ) y Francisco Pizarro, ambos primos y naturales de la región de Extremadura.Las acciones se desarrollan en la segunda parte alrededor de la familia Cortés del Castillo, formada por doña María Paula y don Antonio, matrimonio del cual nacieron Tomás(tatarabuelo del novelista que comentamos) y Miguel Cortés del Castillo, héroe de Junin.No podía faltarle a esta novela el romanticismo propio de la narrativa nuestra. Los enredos amorosos de Miguel con la bella trujillana, educada en Paris, María del Carmen resultan un sedante en medio de la relación de preparativos, batallas y consecuencias.Loja, en su medio ambiente y población han sido tomados en cuanta hábil y convenientemente. Es un reconocimiento más de un experto, en cuanto a que tenemos bellezas naturales todavía inexploradas. Y que nuestra gente, afincada en los riscos, de la cordillera, en las planicies de los valles, junto a los ríos y a la selva continúan despertando interés de los narradores. La Emancipada, de Miguel Riofrío, Luzmila de Manuel Rengel, Naya o la Chapetona de Manuel Belisario Moreno, El Éxodo de Yangana de Angel Felicísimo Rojas, Escamas de culebra de Mario Augusto Ayora abrieron la huella, por la cual continúan transitando los novelistas de las nuevas generaciones, uno de ellos Juan Fèlix Cortés.
EL ARTISTA PLÁSTICO MANLIO HOLGUÍN JUNTO A JUAN FÉLIX CORTÉS.