noviembre 22, 2012

FILME DEL 333 / Armando Arteaga




 FILME DEL 333 / Armando Arteaga

ASIR  (unas tras otras) esas palabras vagabundas
como buscando putas de la calle
del muro rojo,  del barrio rojo:
aunque el adolecente tierno se levante la solapa
de la canadiense para evitar el frío,
después de resolver mil problemas del Baldor,
e imagine este  Filme del 333
con un final feliz “a lo Fellini”: el poema
debe ser pintura blanca arrojada por un pintor abstracto
sobre el muro rojo, con mujeres bellas del Vogue 
y viejas chuchumecas,  zorras plateadas, sofisticadas literatas   
saliendo del cementerio El Ángel
y globos amarillos por el cielo azul, de un final de fiesta
y un paneo perfecto,  sobre el pudor del adolecente
que adolece de punishment familiar,
nada de salsa de tomate,
visión amena del neo-realismo italiano en Malambo Chico
y algo de sentimiento de culpa en el adolecente
por andar oliendo a rouge de putas, chicles
y cigarros baratos,
casi persiguiendo el gato negro de la duda:
con una botella de leche Upa al taciturno amanecer
y una mujer de la vida alegre bailando mambo en La Fontana.