ó
Un Par de Vueltas Por La Trágica Realidad
Por Ricardo Quezada
‘y largarte y dejarlo todo, mi colchón, mi mesa, mis piernas, mis manos,
mis testículos y dejarlo todo, todo.’
Primera Vuelta
(la ilusión de cambiarlo todo)
llegas desde tu natal Chiclayo y sientes que puedes revolucionarlo todo a partir de la palabra: el Verbo. y nace Hora Zero de las cenizas de lo vivido de lo sentido en tu transcurrir por la capital: Lima ciudad: Lima de bares y veredas llenas de smog é ilusión: ilusión perpetua como tus versos libres que quieren transitar por la totalidad: lo integral. un par de vueltas por la realidad se vuelve tu verdad y entonces te conozco: bares bohemios del centro de Lima>> a ver: la Cámara de Gas/ el Palermo/ la Llegada/ el Wony/ el Rincón de los Recuerdos/ el Queirolo y así ad infinitum… pero no sólo era la botella y sus encantos: también estaba ahí la poesía: palabras mágicas nacidas de los pasos cansados / de la belleza de los encuentros/ de esa cierta amistad/ del transcurrir por las calles sin rumbo preciso/ de sentir el país y su tristessa/ de la leve sensación de que todo puede ser mejor y del alucinar con la realidad para que no nos coma. y entonces los libros y los manifiestos de Hora Zero que rompen la mediocridad reinante y tú que sonríes un poco cínico escondiendo tu ternura –siempre- y te embriagas otra vez Juan amigo hermano porque sabes que algo se ha puesto en marcha. algo nuevo está sucediendo... no?
Segunda Vuelta
(Chiclayo ó el abandono y el encierro)
te busco y te encuentro. Octubre del 2006. voy al mercado a buscar un poco de brujería para mi mal de amores y te me cruzas en el camino. ya sin bigotes y con el mismo pelo desordenado. te veo cansado –muy cansado- pero igual me abrazas con ese extraño afecto a mí y a Hilda la musa . te zafas rápidamente de nosotros pero quedamos en que iremos a buscarte a las seis en punto de la tarde a tu casa. estamos en Chiclayo con su calor y sus sensuales y habladoras mujeres de trajes breves transidos de deseo de amor korporal. y recuerdo Sipán y Sicán y las pirámides de Túcume y Saña y el convento de San Agustín derruido desde la colonia y las plantaciones de caña y el Pomalca Ron rubio sol que me da su calor. quedamos a las seis y yo que me retraso pero te encuentro finalmente de casualidad y caminamos por tu natal ciudad y te llevo al Roma a tomarnos varias chelas trujillanas y con un ron en la mano me llevas a conocer a tus amigos. y contemplamos pinturas regionales y nos reímos: eres importante pero más eres nuestro amigo y me cuentas que tienes varios libros inconclusos y que paras encerrado que ya no quieres salir que esta es una excepción y te lo agradezco interiormente y caminamos y hay una retreta en la Plaza Principal y yo que ya no doy más: te doy un abrazo: me lo devuelves: te digo quiero volverte a ver y que me pases tus borradores y tú te ríes (ó sonríes?) y bebes un último trago a pico y te volteas… entonces me voy. paso a paso. un taxi casi me atropella y lo insulto y llego a la hostal y caigo privado. y al día siguiente no me acuerdo de nada. amanezco mirando la mañana cálida en la Plaza Principal y me digo: cuando vuelva Juan te volveré a buscar. y no lo hice porque pensé que tu soledad era más importante. entonces chau Juan. chau hermano. qué más decirte. la vida y los poemas se hacen a cada instante. ahora ó nunca jamás. y tú poeta los hiciste para siempre: para la pura eternidad.