Juan Ramírez Ruiz. Las armas molidas (Arteidea, 1996)
LAS ARMAS MOLIDAS
Por Javier Àgreda
Miembro fundador del polémico grupo Hora Zero y una de las voces más características de la poesía de los años 70, Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo 1946-2007) publicó dos poemarios en aquel turbulento decenio: Un par de vueltas por la realidad (1971) y Vida perpetua (1977). Luego de un silencio de 19 años ha aparecido Las armas molidas, libro con el que Ramírez Ruiz vuelve a la lírica con toda la vitalidad, agresividad e irreverencia literaria que desde poemas como El júbilo se convirtieron en sus marcas personales más notorias.Las armas molidas es uno de los libros más ambiciosos que se han publicado en el Perú en los últimos tiempos. El autor ha pretendido hacer un libro total – “canto, novela, relato, crónica, tratado, biografía”– reuniendo elementos completamente disímiles: una cierta épica contemporánea (en la línea de su poesía anterior), mitos andinos todavía vigentes, rupturas vanguardistas y hasta la propuesta de una nueva escritura “alfagramática” que remplaza al alfabeto que normalmente usamos por signos inspirados en motivos prehispánicos que su inventor denomina “andigramas”.El poemarioo propiamente dicho está dividido en tres partes correspondientes cada uno a los conceptos andinos de Uku (mundo subterráneo, espacio interior humano), Kay (dimensión social y natural) y Hanan (dimensión superior, paraíso terrenal y cósmico). Una triada que en esta versión de Ramírez Ruiz se asemeja bastante a las occidentales de pasado-presente-futuro y opresión-revolución comunismo, enlazándose así con ciertas propuestas plantadas por el autor en sus declaraciones incluidas en el libro Estos trece.La primera parte, en consecuencia, está dedicada a los muertos, al los antepasados y al sufrimiento: "… cueva de alaridos en la medianoche de nadie… / panteón de años ardiendo como asteroides… ". Además se presentan los personajes principales del poemario: el hombre de armas molidas, el golondrino, (hombre que va hacia Hanan por la revolución), Juanrra (el yo poético), etc. Y también se establecen las características formales del libro: adjetivación casi decorativa (“dorado amanecer”, “oscura guerra”, “incerrable tierra”), empleo redundante de los signos de admiración, constante apelación a las fuerzas de la naturaleza (para lograr el tono épico), etc.Entre las rupturas vanguardistas que dificultan la lectura están el uso de dos o más partículas gramaticales (preposiciones, artículos, pronombres, adjetivos) ahí donde solo debe ir una: “Su tu casa es la comprensión, y su tu riqueza la serenidad; Sur que salió en con por el fin”. Otro recurso de este tipo son los versos con notas a pie de páginas que también son versos; o la caprichosa división del espacio de la página. Un peculiar arsenal retórico que estorba el desarrollo de las virtudes poéticas del autor.En la segunda parte se emprende un pormenorizado recuento de la diversidad cultural de nuestro país. Los títulos son bastante explícitos: Quechua, Aymara, Omagua, Pisabo, etc. Una suerte de convocatoria general que termina en un Tinkunakuy. En la tercera parte se trata de describir la idílica vida en el universo Hanan: “La vida conversa una canción para oír completa / una canción para conversar de cerca…”, “no hay paso sin pie / ni mano sin su pozo / y la ternura fuerte como roca persistente dibuja o escribe sonatas instantáneas”.En cuanto a la escritura alfagramática propuesta, ésta no es sino la sustitución de los signos de nuestro alfabeto por otros signos de carácter geométrico, los andigramas. Es el mismo idioma español, pero “en clave”, es decir, traducido letra por letra. La novedad estaría en que a cada andigrama le corresponde no sólo un sonido sino también un color y una nota musical, intentando convertir la lectura en una especie de espectáculo multimedia. Además, ciertas categorías gramaticales(artículos, adverbios, conjunciones) se representarían con algunos pocos signos, potenciando su valor polisémico, pero perdiendo bastante precisión y capacidad comunicativa. En resumen, una propuesta poco práctica y acaso algo ingenua.Mucho se podría escribir sobre Las armas molidas, libro en que la búsqueda de originalidad y los excesos del discurso parecen haber asfixiado a la poesía misma. Ramírez, que en Un par de vueltas por la realidad logró crear una poesía épica contemporánea y urbana, no ha podido encontrar las formas literarias apropiadas para alcanzar su principal meta en este poemario: unir la poesía, la ideología marxista y los mitos andinos.
(Artículo publicado en La República el 8 de diciembre de 1996).