BEATRIZ / ARMANDO ARTEAGA
Beatriz corre hasta el muelle de pescadores
y deja de hacerte la difícil. Es feo.
Miles de pelícanos van en tropel hacia la isla Sioux.
Ven por ese acantilado haciendo remolinos sobre el musgo.
De marcar el número de tu teléfono cansado estoy.
No quiero pensar más en aquella pérgola atrapada
en la ventana de tu casa
frente al mar. Es el morir.
Si oyes en la radio Desolation
Row
puedes hacerte la sorda o cambiar el dial.
Que lejos puede sonar mi amor por ella.
Miles de pelícanos vuelven en tropel graznando
y es el pleamar -un
circulo rojo agoniza poco a poco-
se va escondiendo tras el bello zenit.
Sé que voy a pasar la noche aquí,
enredo tabaco van nelle
en papel gizeh y el oleaje estremece.
La última gaviota que va a pasar la noche en el acantilado
es la primera
gaviota herida que yo
he visto y
corro a ella
y le doy al pico un pedazo de galleta
-superviviente de aquella mancha de petróleo-
y luego se va
y la dejo ir, y no obstante
por primera vez,
parece aquí flotar la incertidumbre.
(Del libro: Avistar)