noviembre 30, 2005
IV ENCUENTRO NACIONAL DE ESCRITORES "MANUEL JESÙS BAQUERIZO"
DEL BARROCO LATINOAMERICANO/ Armando Arteaga
Escribe Armando Arteaga.
Por lares “peruvianos”: ver “De lo barroco en el Perú” de Rafael de la Fuente Benavides (Martín Adán), y un poco más lejos: en “la entronización del gongorismo” como designa a este segmento literario Luís Alberto Sánchez, un indio ilustrado escribió su “Apologético” de Góngora: Juan de Espinosa Medrano (“El Lunarejo”). Obispo de Cusco, cura pueblerino de Calcauso, que tradujo a Virgilio del latín, y que escribía “silvias” en quechua, hebreo y castellano estupendo. Aparte de otros –churriguerescos- textos sobre Lima barroca -ciudad inexpugnable y del discurso hereotectónico- de los poetas místicos y de su vida conventual maravillosa, poco se ha escrito y se ha publicado apenas. El Padre Hojeda: su poesía casta, en donde ocasionalmente se hace esta referencia espacial “Ni del Perú los ídolos fingidos”. En Juan del Valle Caviedes: poeta de los “Cajones de la Ribera”, siempre burlón y desdichado, elegíaco e ironista, poeta del amor y de la muerte, nuestro discípulo más cercano de Francisco de Quevedo.
Peralta pensaba así:
“(La historia) es en fin un Poema de la verdad
sin metro; pues dexando a lo Poético la fábula,
la invención, la figura y el ritmo,
se tiene toda el alma
de la Poesía en su elegancia”.
Esa es toda nuestra tradición -moroca y maroca (europea: española y francesa)- literaria del barroco: se ven los cantos, se oyen los fulgores (Peralta).
Según Bataille, en “Lagrimas de Eros”, toda palabra está en el silencio. La noche hegeliana y el cuervo siguen siendo esa constante de relación que caracteriza a la poesía moderna, el “yo” del poeta proyectado hacia lo absoluto, desde “Igitur’ de Mallarmé hasta los surrealistas y los beatniks. El agua subterránea de la poesía es el agua que suena, en el silencio de la contemplación y el ocio creativo.
Nadie es más exacto para explicar este “silencio” que el poeta Eugenio Montale, cuando dice: ‘No, la poesía no es para mi una forma de iluminación. No emplearía esta palabra, porque cuando escribí mis poemas me hallaba en un estado de abulia, de apatía; no me pareció ser ‘un voyeur’, un iluminado. Pero si me parecía una liberación, una especie de parto. Una forma de conocimiento de un mundo oscuro que sentimos en torno a nosotros mismos”.
No a la renuncia del mundo subjetivo y la palabra, no a la desconstrucción individualista del poema. Sí a la interpretación, sí a la visión plural de las cosas. Para Góngora el poema es una metáfora del mundo. Para Buñuel el poema parece una imitación involuntaria del sueño, la luz que le es propia para hacer estallar el mundo.
Tal vez, un conocimiento por los abismos, una distancia entre el objeto y la conciencia, una manera de mirar el mundo: la poesía y la pintura de Michaoux, otavalos masticando ‘simora” o Ecuador, poema largo, montañas, granizadas, ¿música electrónica o cine underground?.
¿Qué nos quiso significar Ernst Munch en su cuadro “El Grito”?. Significar qué, en “El Grito”, contemporáneo y actual..., esa reducción de mar, muelle, colina, playa, y el gesto de una criatura que grita, en dónde no reconocemos ni rostro ni sexo definido, en la expresión. “El Grito” configura esa cara que llena el cuadro entero, llevado por ondas visibles de sonidos, una expresión simbólica y el horror strindbergiano del universo, un argumento, una iconografía social como en el filme “El Grito” de Michelangelo Antonioni, una neurosis. El poema tiene todo el espacio ante sí que necesita para ser verdad, realidad, o sueño. “El Silencio” y “El Grito”, filmes, se parecen en el vértigo, en el vértice de la pirámide común del véspero literario. El vermut de Venus, y el lucero cantado de la tarde. En el zenit, botes pescadores a la puesta de sol. Leer la novela “Cobra” de Severo Sarduy, bebiendo un ron y escuchado un son –montuno- cubano.
Montale en el poema “El Silencio”, explica la ausencia de música perfecta -que falta sonar en el mundo- para que estalle la belleza sin fin, la falta de rumor vital, de agua corriendo por colinas inútiles y desérticas, de un mundo inerte, en la vida cotidiana:
EL SILENCIO
Hoy hay huelga general.
No pasa nadie en la calle.
Sólo una radio portátil al otro lado de la pared.
Alguien debe vivir allí desde hace algunos días.
Me he preguntado que pasara con la producción.
La misma primavera tarda bastante en producirse.
Anticipadamente, han apagado la calefacción.
Se han dado cuenta de que es inútil el servicio postal.
No es un gran mal el retraso de las funciones normales.
Es fatal que algún engranaje no engrane.
Hasta los muertos están agitados.
También ellos forman parte del silencio total.
Tú estás bajo la lápida. De nada vale
despertarte
pues siempre estás despierta. Incluso hoy,
que hay sueño universal.
Cada uno de estos versos podría ser como los planos de un filme; unidos por un montaje lineal de lectura; encontraremos todo el infierno de un hombre contemporáneo, desde diferentes perspectivas, o de varios hombres “unidimensionales” en diferentes planos de tiempo y espacio.
Aquí tiene vigencia Kierkegaard que consagra a la existencia el plano de lo fundamental en la realización humana.
Volviendo al poema de Montale. Cuando terminamos de leer el poema “El Silencio”, toda la oscuridad del mundo se ha iluminado, singularidad y pluralidad de significados. La crudeza sutil sartreana nos invade, bien sabemos que para explicarnos este poema:
i: un marxista, podría encontrar en todo este silencio la presencia de la revolución;
ii: un freudiano, la invocación a la mujer extraviada con el tiempo y la memoria, el sueño, el poema onírico, que vuelve a recuperarla como una obsesión a través del tiempo en el espacio “unidimensional” de un hombre que es contemporáneo a nosotros, inmerso en el tedio urbano: Italia, el industrialismo, la ciudad, los artefactos, los mecanismos sociales, etc. Quizás, un nihil expresionista. Pero, ¿Quién es ese hombre contemporáneo?. ¿Montale?. ¿El proletariado?. ¿Un burgués?. ¿El obrero de Milán?. ¿El poeta?. ¿El macho al asedio de la hembra?. Un silencio, un grito o un mensaje social;
iii: un estructuralista, encontrará un código singular de sema único, o tal vez algo plural y/o polisemico.
Una respuesta breve es el poema. La búsqueda de lo poético donde todo tiene un sentido pitagórico, aun el sin sentido de los objetos mismos: un universo donde todo tiene que ser explicado por la poesía. ¿Es este el contra-sentido ideológico de nuestra época, del universo que le ha tocado vivir al poeta?. Bajo el dominio del hombre, todo carece de sentido dentro del dominio humano sin lo poético, hasta “lo poético” mismo. Es la ley, el movimiento, la cosmología del lenguaje, etcétera.
Estamos, en el lenguaje del “sin sentido”, la poesía exige que el poeta no pierda su naturaleza. La afirmación de su yo no será más que la afirmación de los demás. Cuando J. Pollock nos describe su participación en su proceso pictórico nos dice: “No abrigo ningún temor en cuanto a tener que introducir cambios, destruir la imagen, etc., ya que la pintura posee una vida propia. Yo procuro hacer salir la luz”. Y hasta cuando F.L. Wright en tantas de sus contradicciones describe: “La noche no es más que una sombra proyectada por el sol”. Todo nos remite a la contemplación solitaria.
A Montale, al poeta, solo le queda contemplar, y el silencio, esa nostalgia por querer “ver” desde su propio mundo la realidad, escribir y poetizar “lo real” desde su propia perspectiva individual.
Junio, 1974.
II) DEL UNIVERSO POETICO
Las leyes del universo poético son los resultados de nuestra capacidad de observación. La teoría es el resultado del efecto sobre la causa.
¿Cual es la mecánica de los cuerpos reales en el mundo real?. La respuesta es el poema de la cosmovisión.
Discorse e Démostrazioni Mateimatiche in torno a due nuove science, de Galileo, es el primer monumento de la sociedad histórica contra la Inquisición de la Imaginación. Luego, en el flujo de la historia, vendrán otras formas de miradas analíticas: Newton, Cópernico, Kepler, Descartes, Kant, Mendeleiev, Gauss, Einsten, Rusell, Godel, Hilbert, Reiman, Hausdorff, Brower, etc.
Parámetro: “E1 conjunto de todos los puntos se llama “espacio” de n dimensiones”
Idea: Copernico sería, entonces, el primer romántico.
Otra Idea: Los poemas mejores logrados habrían sido escritos en libros de poesía aun no editados, ad. infínitum.
Vg.: J.L. Borges describe espacios. Bibliotecas, ad infinitum. Dios sería el autor de todos los libros raros de Babilonia.
En “La Chinoise” de Godard: los nombres de Shakespeare, Diderot y Racine, Voltaire y Flaubert, Proust y Kafka, son borrados de una pizarra, la mano titubea y vuelve a borrar: P-i-r-a-n-d-e-l-o, solo queda Brecht.
¿Qué significa esto?. En el código de Godard: Brecht es el único autor que ha logrado resolver y superar el dilema entre tradición y vanguardia, que ha logrado la unidad entre arte y política.
Xántico de la literatura. Xilografía de la experiencia humana. Xilófono de otras voces. Equis, incógnita que determina una ecuación cuadrática en un libro de álgebra analítica, el yambo de la vida.
Jugando con las letras de la palabra Brecht, recordando el teorema: El número de permutaciones de n objetos diferentes es:
n
P = P = n! de la siguiente manera:
n n n
Brecht, 6 letras, 6P6= 6! = 6 x 5 x 4 x 3 x 2 x 1 = 720 formas.
Uno, escribe, luego, existe: la escritura, el poder y la fascinación de las palabras, entonces, aparece la literatura: L’etranger de Camus, Hace un año en Marienband de Alain Robbe-Grillet, La hierba de Claude Simon, marcando los limites de la “nouveau-roman”, la contenida objetividad que ha caracterizado a la “escuela de la mirada”.Libros libres, aburridos.
Las cifras y las letras se han encontrado infinitas veces en la historia de la cultura, el hombre las inventó para ser feliz, y por eso miles de años más tarde, para no aburrirnos y no aburrirse: Robert Musil empieza así El. Mirlo: “Los dos hombres, a los que debo presentar antes de contar las tres historias cuyo narrador no está de más conocer, eran amigos desde niños: les llamaremos A-uno y A-dos. Por cierto, una amistad que se conserva desde la infancia, más significa cuanto más viejo se vuelve uno.”
La muerte del personaje en la novela, el cálculo y la geometría, y la experimentación del lenguaje, que tanto aplaude el grupo Tel-Quel, con su Teoría de Conjuntos, nos vuelve al dilema exacto de la cifra y la palabra. Con tal que la belleza no muera y que la geometría no se vuelva pintura, creo que vale la experimentación.
Noviembre, 1974.
Del libro de crítica “Escritos Desterrados”.
noviembre 29, 2005
EL “PERFIL DE FRENTE” DEL POETA JUAN LUIS VELASQUEZ GUERRERO.
Nadie puede dejar de desconocer que en Piura -como decía Enrique López Albujar- todo lleva el sello del sol, y que en Ayabaca -como decía el profesor José Ignacio Páucar Pozo- una neblina casi londinense nos levanta en las mañanas. En esa Ayabaca lejana, brava y romancesca, había nacido el poeta y pintor Juan Luis Velásquez Guerrero (n. 1903- m.1970), de quién describiremos sus avatares de viajero y su testimonio errante por el mundo.
Fue allí en Ayabaca que ví por primera vez un ejemplar del libro “Perfil de frente” (Poesía, 1924) guardado en manos de un familiar cercano del legendario Elio Portocarrero , un líder campesino y protagonista de la insurrección del Cerro Negro, en 1965. Este familiar de Portocarrero me prestó el conducente ejemplar que abriera para mí las páginas del paisaje poético de J.L: Velásquez. Recuerdo haber copiado a mano en un cuaderno: Piura, Meridiana Ecuatorial, Nocturno, Charlie Chaplin, y Relatividad Generalizada, poemas que en ese momento me llamaron la atención.
Luis Alberto Sánchez escueta el vanguardismo de “Perfil de frente” como absolutamente tempestivo. De virtual audacia, llama la atención por la “gegentail” del título del poemario. Refiere que el primer verso del poema Piura: Qué soledad sin soledad siquiera, recuerda a Vallejo en “Los heraldos negros”. Acepta la abundancia de imágenes en que recala la obra de J.L. Velásquez. Los versos comprimidos. El peregne “estado de inteligencia” de una poesía hecha a pura metáfora.
Muy a la altura de otros poetas locales que irradiaron el vanguardismo literario de esa época que publicaron en la revista Prisma como Juan José Lora (Diánidas, 1925), Emilio Armaza (Falo, 1926), Nazario Chávez Aliaga (Vértice, 1925), Guillermo Mercado (El oro del alma, 1924), Alejandro Peralta (Ande, 1926), Fidel A. Zárate Plascencia (Bella inutilidad, 1924), Julián Petrovick (El cinema de Satán, 1926), Alberto Guillen (Deucalión, 1920), Jacobo Huewit (n. 1900, De la fuente del silencio), Nicanor de la Fuente (n. 1904, Aire), Luis Berninzone (n. 1899, Walpúrgicas, poemas), entre otros, vivieron el entusiasmo “ultrista” desatado por Trilce (1922) de César Vallejo.
Más al norte del Grupo Norte comparte J.L.Velásquez esa soledad quimérica y provinciana con otro poeta ayabaquino Juan María Merino Vigil (n. 1906) que escribiendo desde su hacienda San Pablo mantiene una obra casi inédita, con poemas publicados dispersos de impecable factura como : Golondrina, El bebedor de crepúsculos, Los puertos, Nocturno, y Los bajeles blancos,
José Carlos Mariátegui saluda desde la revista Mundial (31-10-1924) en “Poetas nuevos y Poesía Vieja”, este predecir sobre ambos poetas que es bastante ilustrativa: “Juan María Merino Vigil acusa en sus versos y en su prosa un temperamento lírico y panteísta de insólitos matices. Juan Luis Velásquez, niño- poeta o poeta- niño, tiene la divina incoherencia de los inspirados. Hay en su pequeño libro algunos bellos disparates y dos o tres notas admirables”. Sumemos a esta perspectiva regional de poetas piuranos, también, la presencia literaria de Hildebrando Castro Pozo (n. Ayabaca, 1890), que en 1923 publicará “Celajes de la sierra (Leyendas y cuentos andinos)”, y más tarde “Del ayllu al cooperativismo socialista” (1936) y “Las comunidades indígenas del Perú” (1945).
Un poco más lejana está la aureola literaria de Pedro Elera (n. Huancabamba, 1820), su poemario “Plegarias de un ciego” (1873) le merecen, aunque no, una nota impropia e injusta: “sus versos vulgares y flojos, se salvan por la sinceridad de los lamentos en que a veces lo hacía prorrumpir su desventura”, en “Carácter de la literatura del Perú independiente” por José de la Riva Agüero .
Años después este devenir poético de poetas de Ayabaca va a enriquecerse con la presencia de Florencio de la Sierra (n. 1903,, seudónimo de Florentino Galvez Saavedra), distinguido precursor del folklore y el indígenismo literario norteño con sus libros de poemas: “La danza de la serpiente” (1963) y “Aúllan los perros “ (1931); y con el aporte educativo de Manuel Vegas Castillo (Ayabaca, 1895), en el campo de la historia, la arqueología y la literatura (su libro “Bronces Históricos).
Sobre este marco literario local, surge el cosmopolitismo andante de J.L: Velásquez, que es obra también del sol piurano y el frío ayabaquino. Como en los cuadros rembradtnescos de Merino, las audacias pictóricas de Montero y el lirismo ardiente de Salaverry, advertido por López Albujar.
Luis Monguio en “César Vallejo, Vida y Obra” explica el exílio europeo del poeta de “Intensidad y Altura” que compartió entre sus intimos amigos a J:L. Velásquez, a Pablo y a Xavier Abril, sus compatriotas peruanos.
Velásquez emigró a París y derrochó su peculio, dice L.A. Sánchez. El poeta “hizo” política, fue deportado de Paris a Madrid junto a Vallejo. Más tarde, en Mexico, fue secretario de Trotski, publicó varios libros de poesía “María de los remedios”, “Soledad de soledades y fraternidad porvenir”, aparte de escribir “Einstein” (Mexico, 1961). Se dedicó también a la pintura.
Bién, ha dicho, de esta intensa actividad poética, ensayística y periodística, el poeta Marco Martos: “Raro magín el suyo, inteligencia fuera de lo común, podría hablar o escribir con igual versatilidad de las teorías de Einstein, de las leyes del mercado, de la poesía de Breton o de los postulados de Trotski". Su obra está dispersa en libros y revistas, por varias partes del mundo, es algo que deberíamos rescatar.
noviembre 28, 2005
APROXIMACIÓN A LA NUEVA POESIA APURIMEÑA
(A PROPÓSITO DEL LIBRO “OJOS TOCUYO” DE ALEJANDRO MEDINA BUSTINZA).
Por Armando Arteaga.
Hurgando en el remoto paisaje de la literatura apurimeña uno se encuentra con los orígenes tan lejos de la oralidad que se pierde esta decisión de la investigación literaria en la noche de la historia,
La literatura quechua es parte fundamental para el espacio literario apurimeño. Territorio de antiquísimas ocupaciones poblacionales ha sido depositario de múltiples espacios culturales, desde los ccechuas, los waris, los chankas y los inkas, donde ha predominado la proyección del quechua y el aymará (muy antiguo). Pero sobre todo el quechua, y después el castellano.
La historia de la literatura apurimeña que nos interesa delimitar, esta vez, para el campo estricto de la poesía, empieza con los Chankas, esa confederación tribal de Huancavelicas, Rukanas, Poccras, Vilcashuamán-Morochucos, Soras, Quechuas-Andahuaylas, y Uranmarkas.
No es tema de esta aproximación literaria indagar sobre la presencia y prestancia de lo quechua y lo aymará (más difícil todavía) en la literatura oral de Apurímac. Existió y existe actualmente esta presencia lingüística del quechua, y con grandes perdidas irremediables en la memoria de estos pueblos apurimeños, invertebrados por la morfología geológica y su bella geografía dispersa (Raimondí lo llamó “el papel arrugado”), con grandes obras perdidas en la memoria de estos pueblos, pero manteniéndose aún en harauis, huaynos y hauylias que aún perduran en los cantos y fiestas de estas poblaciones. José María Arguedas hizo un excelente trabajo de campo en 1942 por la provincia de Grau recopilando de los aravicos actuales por ejemplo el “Carnaval de Tambobamba”, más tarde “El Carnaval de Abancay”.
Aunque a los chankas les borraron de todas las páginas antiguas, los propios inkas, sus adversarios, el anónimo “A todas las Huacas” tiene una referencia especifica al Chanca Hiracochan, y hay un sin número de aportes de la poesía quechua apurimeña. En la poesía contemporánea Lily Flores es su más destacada representante apurímeña prestigiando el aporte femenino y tierno en la poesía sureña.
Para la historiografía literaria, el primer intento de interpretación y afirmación se da en “El Aprendiz de Rico” de don Pedro Espinosa de los Monteros, cura y vicario del Pueblo de San Grabiel de Guancarama (Andahuylas), escribe tanto en prosa como en poesía del amaneramiento culterano, suscritos estos a la orden entre 1654 y 1665.
Existen otros documentos de valor antropológico que testimonian la costumbre del nativo aravico que cuenta la historia oral y del escribidor castellano que traduce y recopila. Por ejemplo el “Documento de Uranmarca” con “Partida de descarga” del 22/07/1558, que se remonta en la memoria hasta 1218 firmado por Diego Maucayalli P. que encontré en un deposito de una notaria pública de Andahuaylas.
“Estos documentos contemporizados con cada uno de los sucesos enunciados expresan la increíble coherencia con la realidad y su marca histórica. Hemos contrastado cada acontecimiento, personajes y datos, se ha podido verificar la certeza de cada detalle. La escritura en cada documento varía y ha sido realizado con la intensión de perdurar en la memoria colectiva de la comunidad, “nobis impoerat ut loqueamur” nos manda que hablemos lo que narra. Tal vez estos documentos hayan sido copiados de los originales escritos en pellejos de llamas, y más tarde traspasados al papel, por diversos escribidores o calígrafos que denotan pericia en la grafía y hasta academicismo en la redacción, que hacían de secretarios en las asambleas comunales” (1)
El más alto exponente de la literatura apurimeña, aparte de J. M. Arguedas, es Juan Chancahuaña, cura pueblerino nacido en Calcauso-Antabamba que llegó a ser obispo y es reconocido universalmente con el nombre de Juan de Espinosa Medrano “El Lunarejo” por su “Apologético a favor de D. Luis de Góngora “ y por “La novena Maravilla”. Además de una voluminosa obra escriba en latín que los peruanos ignoran por no haber
traducciones y por desidia mezquina. La obra literaria de El lunarejo ha merecido el reconocimiento de la crítica entre otros de Mario Vargas Llosa, Luis Loayza, y Dámaso Alonso, entre más de doscientos escritores y críticos nacionales e internacionales que hemos recopilado. El Lunarejo escribió también en quechua “autos sacramentales”, entre ellos “El hijo prodigo” original único que se exhibe con orgullo en el Museo de Berlín.
Los textos de José María Arguedas recogidos en la zona de Abancay y Andahuaylas no están libres de algunas interpolaciones lingüísticas de época que los van modificando, es uno de los más grandes escritores, por méritos propios de la literatura contemporánea actual. Su obra es vasta y se ocupa de la problemática apurimeña vigente.
Cuando uno estudia la literatura local de Apurímac, y en especial la poesía uno se encuentra con un sin número de obras, escritores y poetas de significado valor que son ignorados y no conocidos por el mundo académico e intelectual del país. No todos tiene un significado trascendental para la poesía, pero los nombro para su conocimiento y atención futura para próximos estudios y recitales sobre la obra poética de estos. :
Abel Gutiérrez Ocampo, Jorge Flores Ramos, Arturo Flores Garcilaso, Edgar VilIanueva Nuñez, Sixto Bendezú Gutiérrez, Luis Rivas Loayza, Abelardo Pinto Ballón, Calixto Apaza Gómez, Hilda I. Delgado Vivanco , Hernán Hurtado Trujillo, Rodolfo Sánchez Garrafa, Rubén Humberto Jara, Julio César Zanabria, Juan Espinosa Medrano, Miguel Beingolea Suárez , Ricardo Calderón Gutiérrez, Rene Alarcón Montoya, Lily Flores Palomino, Alcides Acuña Arias, Meylin Enciso Rivera, Edmundo Delgado Vivanco, Manuel Gustavo Manrique, Darwin Soto Elguera, Delfín Montoya Cruz, José María Arguedas, Hugo Tello Prada, Erasmo Montoya Obregón, Humberto Urquizo Ocampo, Alex Martínez, Zolia Aguilar Pinto, Federico Latorre Ormachea, , Miguel A Delgado Vivanco, Joaquín Jara Elguera, Toribio Paniura, Saúl Rojas Vázquez, Ipenza Hermoza de Barrios, Julio C. Zanabria Hermoza, Luis Alberto del Pozo Moras, Julia Bolaños de Gutiérrez , José J. González Castañeda, Milciades Montoya Obregón, Lina Chauca Loayza, Vilma Estela Robles Miranda, Humberto Collado Román , Juan José Flores, Guillermo Viladegut Ferrufino, Marcial Ponce de León García, James Oscco Anamaría, Humberto Urquizo Ocampo, Fredy Amílcar Roncalla, William Hurtado de Mendoza, Feliciano Mejía, Nilo Tamaylla, y Alejando Medina Bustinza, entre otros.
Estoy preparando una Antología de la Poesía Apurimeña, y esta primera aproximación me ha servido para destacar los apartes sustanciales de los nuevos poetas como Fredy Amílcar Roncalla (n. Chalhuanca, 1952) por su “Escritos Mitimaes” ( New York, 1998), Nilo Tomaylla (Mamara, 1953) por su “Espantapájaros” (Cusco, 1975), Feliciano Mejía (Abancay, 1950) por sus ”Poemas racionales” y en “Le Journal des Poéts”. Estos tres poetas son trotamundos. Roncalla vive en New York, Tomaylla en Bruselas y Mejía en París.
Por otra parte, el libro “Los versos del camino” (Abancay, 1993), de Hernán Hurtado Trujillo, expresa convicción y compromiso con la palabra escrita. Y, los poemas de “Ojos Tocuyo”(Lima, Aedosmil, 2004) de Alejandro Medina Bustinza alcanzan un buen nivel de intensidad poética, aportando una terca reivindicación de la palabra lírica dentro del aporte del “quechuañol”, vital y con un gran sentido de lo espontáneo que le dan su poesía un tono directo y sencillo. Poesía esencial para comprender el transe espontaneo de la actual poesía apurimeña.
Para terminar, quiero expresar mis condolencias a los apurimeños por el vil asesinato de James Oscco Anamaría en circunstancias macabras y oscuras que deben investigarse y esclarecerse, dignas de la ficción policial de “Los crímenes de la calle Morgue” de Edgar Allan Poe.
No hay mejor homenaje “in memorian” par James Oscco que recordarlo con sus propias palabras en su poema:
SUSPIROS DE OCTUBRE
En el río de tus sueños quisiera naufragar para acariciar el universo
de tus deseos. En la fragancia de tus pétalos quisiera embriagarme
para liberarme de las noches ya lesionadas.
En el rocío de tu sonrisa quisiera navegar y bañarme para la fiesta
de octubre: agria, revoltosa, dulce, tierna y de paz.
Déjame cantar y danzar en la melodía de tu suspiro
de muña, retama, paloma, cantuta y de calandria.
Saludo a la fuerza telúrica de la nueva poesía apurimeña, y en especial a este libro “Ojos Tocuyo” del poeta Alejandro Medina Bustinza, el popular “Apu Runco”. Gracias.
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(1) “Uranmarca, el pueblo de Abajo”, Armando Arteaga, Iteca-Municipalidad de Uranmarca-Sociedad Representativa de Uranmarca, Comunidad Campesina de Uranmarca, (Marzo 2003).
(*) Texto para la presentación del libro “Ojos Tocuyo” de Alejandro Medina Bustinza en la Escuela Superior de Folklore José María Arguedas. Lima, 27/10/2005.
Imagen: Armand.
JAMES OSCCO ANAMARIA, UN POETA APURIMEÑO
POEMA DE JAMES OSCCO ANAMARIA
SUSPIROS DE OCTUBRE
En el río de tus sueños quisiera naufragar para acariciar el universo de tus deseos. En la fragancia de tus pétalos quisiera embriagarme para liberarme de las noches ya lesionadas. En el rocío de tu sonrisa quisiera navegar y bañarme para la fiesta de octubre: agria, revoltosa, dulce, tierna y de paz. Déjame cantar y danzar en la melodía de tu suspiro de muña, retama, paloma, cantuta y de calandria.
8/12/2003 .
REQUIEM PARA JAMES
James Oscco Anamaría era un joven poeta apurimeño, nacido en las frías estancias del centro poblado de Calcauso, la tierra donde naciò Juan de Espinosa Medrano, distrito del mismo nombre en la provincia de Antabamba, distrito que lleva el mismo nombre de El Lunarejo de donde he publicado mi libro "Plan de Desarrollo Integral Para El Distrito Juan de Espinosa Medrano", lugar que he visitado un sin numero de veces y donde he proyectado un Museo de Sitio para el autor de "El Hijo Prodigo". Allí queda aún la casa donde nació y vivió El Lunarejo. Hijo de campesinos de la comunidad de Calcauso, era una promesa para la joven poesía apurìmeña, junto a Toribio Paniura y Saùl Rojas (también de Calcauso), Alejandro Medina, y Hernán Hurtado, entre otros.La ultima vez lo encontré en Abancay, trabajaba como profesor. Su muerte trágica no debe quedar impune, debe investigarse los motivos de este asesinato tan cruel. Aunque era un poco esquivo y callado, me entrego unos poemas suyos inéditos que guardo por algún lugar de mis archivos, voy a buscarlos para que se publiquen. La última vez que estuvimos con Alejandro Medina en Abancay, no vino a nuestro encuentro, sus motivos tendría. Siempre fue amable conmigo y respetuoso de lo realizado en mi aporte como arquitecto para Calcauso. Andaba de profesor universitario en Abancay que ya es una ciudad cosmopolita y peligrosa de noche, no estaba incluido en la Antología de la Poesía Apurìmeña que publicò Federico Latorre Ormachea, y reclame al mismo Federico por su ausencia. Después, Federico prologó uno de sus poemarios.Averiguare un poco más sobre este crimen y les daré mi opinión Todos los poetas de Lima lo ignoraron olímpicamente, tan ocupados como estaban mirándose al espejo del Rìmac. Que pena, James ser arrojado en un costal por el majestuoso paisaje de Pachachaca, celebrado por viajeros como Raimondi y Wiener.Sentados en una piedra frente a la Iglesia Virgen del Carmen de Calcauso, ese majestuoso templo de piedras y pircas, hablamos de ti, recordándote con Oscar Paniura Navarro, profesor y hombre visionario de Calcauso. Te recordaremos siempre, hasta pronto James.
Armando Arteaga.
PARA JAMES
Es James, poeta y profesor universitario, nació hace 35 años, en Calcauso, el mismo centro poblado de Antabamba-Apurímac-Perú donde nació Juan de Espinosa Medrano, él mismo se decía: soy lunarejo, así se llaman sus paisanos de Calcauso. Entre sus libros publicados recuerdo: "Wakcha Gaviota", "Relampagos de amor", "Siempre seré águila", allí como en el poema " Suplica de Octubre" se adelanta a los acontecimientos sucedidos, escribió: seré alimento de los condores, de los pumas... Lo han asesinado, este caso supera la ficción de "Los crímenes de la calle Morgue" de Poe. (A.A).