ARGUEDAS EN LA TEXTUALIDAD DE LA POESIA
QUECHUA*
Por Armando Arteaga
PONENCIA:
ARGUEDAS EN LA TEXTUALIDAD DE LA POESIA QUECHUA
PONENTE:
Armando Arteaga
RESUMEN:
José María Arguedas estudio la poesía quechua desde
sus inicios hasta la modernidad.
Investigó, recopiló, y escribió para el fortalecimiento de la poesía
quechua. Son muchos los “textos” donde Arguedas se ocupa por mostrar la originalidad, la
transculturalidad y la vigencia moderna de la poesía quechua, la culta y la
popular. Él mismo abordó el proceso
creativo como poeta en su libro “Katatay y otros poemas”. Arguedas fue también un gran poeta.
José Maria Arguedas study
Quechua poetry from its beginnings to modern times. Researched, compiled, and wrote for the strengthening
of Quechua poetry. There are many "texts" which Arguedas deals to
show the originality and validity transculturality modern Quechua poetry, the
learned and popular. Addressed the same creative process as a poet in his book
"Katatay and Other Poems.” Arguedas was also a great poet
ARGUEDAS EN LA TEXTUALIDAD DE LA POESIA QUECHUA
Por Armando Arteaga
1
En el antiguo Perú existieron
diversas literatura nativas, las culturas anteriores a la literatura incaica
tuvieron distinguidas expresiones literarias que se han ido olvidando en la
noche de la historia. Estas expresiones
literarias, más o menos diferenciadas existieron. Se desprenden estas certezas de las
manifestaciones descritas por los cronistas, y de las investigaciones
lingüísticas y arqueológicas vigentes.
Existieron además grandes
espacios culturales de oralidad, aparte
de la incaica. Diversos fueron -a
grandes rasgos y vestigios- los espacios culturales expresados en Chavín,
Paracas, Vicús, Recuay, Mochica, Nazca, Pachacamac, Caxamarca, Tiawanaku,
Puquina, y Wari, entre otras culturas y lenguas. Estas literaturas iníciales:
autóctonas, vernáculas, de ciertas originalidades y de gran diversificación
idiomática, se han perdido. Se fue perdiendo toda esta diversidad
lingüística, desde la unificación incaica, cuando empezó a oficializarse el
quechua.
La oralidad poética del
“Periodo Clásico” de los incas asumió convivencia social de integración en
algunos casos, aún friccionando en otros: con otras lenguas nativas en pugna
por hegemonía cultural, con otros pueblos coexistentes que alternativamente
desarrollaron también símiles creaciones literarias a los incas, tales como:
Collas, Lupacas, Soras, Rucanas, Pocras, Wanucus, Wancas, Chimús, Chachapoyas,
Cañaris, Yauyos, entre otros. De estos
pueblos quedan aún vestigios arqueológicos, lingüísticos y literarios.
La literatura quechua empieza
en el siglo XII D.C.. Por exacta
coincidencia histórica dura casi 900 años, empieza desde cuando Manko Kkapak
(amauta y harawiku) funda el Tawantinsuyo.
Y, en este siglo también, empiezan los primeros cantares de gesta
españoles. Este periodo clásico empieza
desde 1200 D.C. a 1532 D.C.: desde los inicios de la fundación del Tawantinsuyo
hasta la captura del Inca Atahualpa. La
oralidad poética la realizaban los
sacerdotes, los amautas, los kipukamayos y los harawikus. Aparte de la oralidad poética, existieron
otros géneros literarios: la oralidad narrativa y la oralidad dramatúrgica.
La poesía de este instante del
“Periodo Inicial Clásico Inka” era espontánea y original, sin influencia
española, expresada en la tradición oral, relacionada con el canto, la música y
la danza de los pueblos. Era una poesía
épica y mítica, de celebración de las hazañas sociales: su tema era la guerra,
y la agricultura. Se expresó
también una poesía colectivista de cantos: a festividades especiales a
la tierra, la lluvia, y las montañas. Y,
una poesía subjetiva y personal, de
carácter lirica y amorosa.
La prosa era de gran contenido
fantástico y de mucha imaginación literaria en donde se desarrolló el mito, la
leyenda y los cuentos. Hubo también aquí
una prosa moralizante y de carácter didáctico: frases, refranes, y apologías.
La prosa fue realizada y usada con fines pedagógicos.
La dramaturgia desarrolló sus
propios temas, eran cantos propios representados en la “aránwa” o espacio
dedicado para la representación teatral, con textos de dramas dedicados a la
vida normal y la las hazañas cívicas de los incas. La muerte también fue un tema abordado, se
entendía de manera ritual el manejo de las relaciones con los difuntos.
2
La obra literaria de José
María Arguedas ocupa casi todos los géneros literarios de cierto prestigio y
actualidad, creo que excluyendo solo la dramaturgia. Aunque, es cierto, junto a sus “Cantos y
Narraciones Quechuas” (1962), con el Patronato del Libro Peruano, donde se publicó Ollantay (en
versión de César Miro y Sebastián Salazar Bondy), a sugerencia de Arguedas,
participó tangencialmente en esta tarea de adopción del guión teatral teniendo
como punto de partida el “texto” de las traducciones de Gabino Pacheco Zegarra
y José Sebastián Barranca.
Este drama teatral es el
pórtico (o el puente) por donde suelen
empezar los manuales de enseñanza de nuestra literatura peruana que se estudia
desde el colegio, ignorando “la otra literatura peruana” como ha llamado
Edmundo Bendezú, a la literatura escrita en quechua, suponiéndola algunos con
cierta “malevolencia” de una existencia
marginal.
Arguedas rompió esa supuesta
“marginalidad” atribuida por los historiadores y críticos oficiosos de una
castellanidad absoluta de nuestra textualidad literaria reconocida como única, negando e ignorando la
textualidad literaria en quechua, cuya
fuerza reside en su oralidad.
Pocos son los textos que han
estudiado el proceso de la poesía quechua.
Arguedas tiene un escrito “Sobre la poesía quechua”, en sus “Cantos y Narraciones quechuas (Desde
la época incaica hasta nuestros días” (1962): Selección, traducción y notas de
José María Arguedas. Este “texto”:
“Sobre la poesía quechua”, a manera de
prólogo, describe el primer impacto del encuentro
de dos lenguas en el proceso de la
colonización española impuesta a los pueblos que conformaban el Tawantinsuyo
(donde la variedad lingüística era múltiple y diversa, donde predominó el
quechua y el aimara).
Así como el primer libro que
se imprimió en el Perú fue un catecismo en quechua, la primera expresión
literaria realizada por los misioneros para la conversión de indios al
catolicismo, fue la creación de “himnos” en quechua. Arguedas notifica entonces
el sincretismo entre el mundo antiguo andino y la visión occidental de los
misioneros españoles, en esta aproximación “Sobre la poesía quechua”.
El sincretismo cultural y
religioso empezó a funcionar desde la llegada de los españoles de manera
rigurosa, lo mismo que la extirpación de idolatrías ante la resistencia
cultural de algunos pueblos andinos:
“Es notable la semejanza de imágenes y aun de conceptos que pueden
encontrarse entre el primer himno religioso incaico, trascrito por Santa Cruz
Pachacuti, y el primero de los himnos católicos que figuran en esta
selección. Parece evidente que los
misioneros, con sabiduría metodológica y artística, aprovecharon los elementos
de la poesía y la música incaica en la composición de los cánticos que hicieron
entonar a los indios para cimentar en ellos las nuevas creencias. Las composiciones más antiguas de este genero
conservan un carácter ciertamente erudito que va diluyéndose, hasta que los
himnos católicos más recientes son de naturaleza muy indígena, escritos en un
quechua popular, de tal manera que tienen el estilo de los cantos folklóricos”.
Los cronistas, dice Arguedas,
no le prestaron mucha atención a la poesía profana incaica. Según el criterio
cronológico, la poesía más antigua en quechua es religiosa.
Un español, Cristóbal de Molina, y un indio, Santa Cruz Pachacuti,
recopilaron textos completos de poesía religiosa. Más tarde cuando el quechua había incorporado
ya términos en castellano, es Guaman Poma,
quien recopila algunos textos de poesía profana sobreviviente de la
época incaica.
Para Arguedas bastan las muestras poéticas trascritas por los
“Himnos de Santa Cruz Pachacuti” (del
“texto” original tomado de “Antigüedades deste Reyno del Perú), son
suficientes, para revelar el carácter de
la poesía incaica. Arguedas encuentra que es más tarde en estos populares
“Himnos de los Aukis de Puquio” donde se conserva todavía el estilo de la
poesía incaica recogida ha tiempo por Santa Cruz Pachacuti:
“No hay recreación lingüística en ella; las palabras expresan,
rigurosamente, pensamientos o imágenes esencialmente necesarias para
interpretar concepciones poéticas que sirven de medios, de instrumentos estrictos,
para la expresión de las ideas o de los estados de ánimo. Es interesantísimo comprobar cómo sobrevive
ese carácter de la poesía incaica en los himnos religiosos actuales no
católicos, por lo menos hasta donde tenemos elementos para juzgar este capítulo
de nuestra poesía tradicional”
No así en esta elegía a
Atahualpa: “Apu Inka Atawallpaman”
(anónima copiada por J.M.B. Farfán del cantoral recopilado por Cosme
Ticona, en Pisac y Calca, Cuzco), considerada que pertenece al Siglo XVI. En cambio: a Arguedas le plantea la duda de que ese poema sea incaico.
Más bien lo encuentra escrito con conocimiento histórico de los sucesos del
ajusticiamiento del Inca, del reparto del rescate, y del infortunio en el que
cayó el pueblo quechua después de la consumación y consolidación de la
conquista. Lo que lo hace suponer algo fallido, falto de crédito. Desluce el poema como una aproximación en lo
formal y en lo conceptual en la propia concepción de la composición poética, a una
manera recurrente a las normas de la poesía occidental. Resalta su escritura en
estrofas de pie quebrado, el uso de versos cortos como en las Coplas de Jorge
Manrique.
Arguedas intuye que estos
versos no pueden haber sido escritos sino después del cruel dominio español
impuesto. Se da otra visión del mundo en estos himnos católicos que no era la
visión particular panteísta y ecológica, digamos que la poesía incaica era
involucrada de cierto paganismo, menos calificada para el gusto en monserga con
lo foráneo. Es así de zangamanga esta poesía del “Periodo Colonial”, que va de 1532 a 1780, desde la caída del
Tawantinsuyo hasta la liberadora revolución de Túpac Amaru, y son tres siglos
de duración.
El quechua o “runa simi” nunca
se dejó de hablar en la mayoría de las poblaciones autóctonas y por los
mestizos durante la Conquista y la Colonia.
La poesía quechua se manifestó durante la colonia en textos de fusión de
elementos cristianos con asuntos andinos nativos. Se entregó en escritura
española algunas veces, y en otras, en quechua. Algunas fueron creación de
escritores cultos, blancos o mestizos (poesía quechua culta y escrita), y en
otras, fue creación heroica del pueblo quechua sin escritura (literatura
quechua popular oral). Poesía elaborada más desde la problemática
cristiano-indigena que del tema indígena puro.
Tomada del estilo del Siglo de Oro español, moralizante y de dominación
política.
3
En cambio, Arguedas encuentra
que en los “Himnos de los Aukis de Puquio”
se conserva el estilo de la poesía incaica los “Himnos de Santa Cruz Pachacuti”. Aunque no,
con la misma intensidad de su
originalidad, pero sí, con un lenguaje unánime. Arguedas nos recuerda que: los “Himnos de los
Aukis de Puquio” están dirigidos a
dioses menores y locales que han empequeñecido ante la lucha desencadenada
contra ellos por el catolicismo.
Se crearon nuevos “textos”
desde la visión popular que ha enriquecido el corpus de la poesía en quechua.
En esta nueva poesía popular ya empieza a deslumbrarse el devenir propio de un
mensaje directo, sin ambages, ni medias tintas.
Poesía de fondo y forma
quechua: algunas desarrolladas con sustento de los mitos cosmogónicos andinos
con sentido social, otras: enorme poesía lirica, composiciones propiamente
quechuas: tákis, haráwis, wayños, kacharparis, entre otras. La canción indígena
ha conservado el “Tiksi muyu” (la redondez del mundo): su belleza. La poesía oral quechua, desde tiempos
antiquísimos tenía una visión del mundo muy particular, eran palabras sagradas
que los aukis de Puquio usaban en su “himnos”
al agua y a los Wamanis (espíritu
de las montañas). Veamos, en primer lugar,
estos “Himnos de los Aukis (1) de Puquio al Agua y a la Tierra” donde se
exalta ya una nueva funcionalidad del lenguaje poético, con una destreza
increíble:
Aylillay aylullay
uh wayli
aylillay aylillay
uh wayli
Señor Cabildo
uh wayli
señores comunes
hermosa palabra
hermosa atención
perdonadme
hacedme entender
hablad padre mío
rechazad la pereza
rechazad la rabia
uh wayli.
No sé de qué
uh wayli
no sé por qué
podéis tener pereza
podéis tener rabia.
No padre mío
rechazad la pereza
rechazad la rabia
uh wayli.
Diciendo qué
uh wayli
diciendo qué
nuestros alimentos
los estaremos segando
los estaremos matando.
No padre mío
no tengáis pereza
no tengáis rabia
uh wayli.
Señor Don Pedro (2)
uh wayli
Señora Madre Yaka (3)
recién recién
estoy apareciendo
estoy apurándome;
es imposible, pues
tu hija (tu pobre hija)
de corazón escaso
tu hijo (tu pobre hijo)
uh wayli.
Diciendo qué
uh wayli
diciendo qué
te comí
te serví
con mi tierra roja
con mi mesa de cristal
con mi plata y oro
con mi anís selecto
uh wayli
Señor Cabildo
uh wayli
señores comunes
aquí está, señor mío,
lo que me mandaste
lo que me ordenaste
tú, pues, padre mío,
tienes pereza,
estás mintiendo
no, padre mío,
rechazad la pereza
rechazad la rabia
uh wayli.
Señor Alcalde del pueblo
uh wayli
señor Regidor del pueblo
aquí está padre mío
cuando me ordenaste
cuando me mandaste
quizás señor
estás con enojo.
No, pues, señor mío,
no os enojéis
uh wayli.
Diciendo qué
uh wayli
diciendo qué
estaremos arribando
estaremos cargando
a nuestro costado
a nuestro lomo
uh wayli.
Don Pedro nuestro
uh wayli
madre nuestra, Yaka,
recién recién
estamos subiendo
estamos jalándote
apaciblemente
tu siervo
tu pobre.
No, padre mío,
no has de enojarte
no has de rabiar
uh wayli.
Diciendo qué
uh wayli
diciendo cuánto
estaremos arribando
estaremos subiendo
con mi rojo almidón
con mi mesa de cristal
con mi oro y plata
con mis hojas de anís
uh wayli.
Qué podríamos decir
uh wayli
cúanto podrías decir señores
comunes
podrías estar enojándote.
Aquí está, señor,
lo que me ordenaste
lo que me mandaste.
No pués, señor,
no os enojéis
entre comuneros, iguales,
hermosa atención,
no apenados
apurémonos
estaremos saludando
uh wayli.
Aylillay aylillay
uh wayli
Aylillay aylillay
uh wayli.
***
(1) Sacerdote de la comunidad
(2) Una montaña
(3) Una laguna
4
El “entrismo” literario
español en el mundo cultural andino ha tenido sus bemoles. La adopción de
instrumentos musicales europeos como el arpa, el violín, la flauta, la
guitarra, y la mandolina, introducidos por los misioneros para fines religiosos
enriqueció las diversas maneras de la música andina. El arpa y el violín tienen una enorme
significación en la consolidación de una manera popular ya de poetizar las
nuevas canciones y la realidad vivida
por la cultura nativa. La música, la
danza y poesía oral, van a darle una
nueva interioridad al mensaje poético de la poesía popular en quechua, en la
canción o en el poema, expresa Arguedas:
“No hay en ellas, como en la poesía Inka, recreación lingüística. Palabra y concepto, o pasión, se corresponden
exactamente. Aun en el caso de las
canciones de la trilla de Angasmayo, admirablemente traducidos por Lourdes
Valladares, la repetición aparentemente formal, es necesario para marcar el
ritmo de la danza. En la poesía oral
como en la alta poesía erudita, no se encuentra lo superfluo”.
El canto es casi una catarsis
en el hombre andino, en las letras de las canciones expresa su poesía. La poesía es siempre canto: haráwi. La prosa
en cambio expresa ironía, es moralizante
y didáctica. Arguedas ha llamado a estas
creaciones populares “Poesía Folklórica
Actual”. Son veinte canciones recogidas
en Ayacucho, Cuzco y Apurímac, seleccionadas por Arguedas, y tres de la trilla
de Angasmayo (Jauja), recogidas y traducidas por Lourdes Valladares.
En realidad, son huaynos,
muchas de estas canciones las he escuchado cantar a Leo Casas, recuerdo
algunas: “El fuego que he prendido”, “Yo crío una mosca”, “Un picaflor
errante”, “Cristalino río”, “Tormenta de nieve”, “Celso Medina”, “Carnaval de
Tambobamba”, entre otras. La van desarrollando por oralidad: los
comuneros, y hay quienes ahora la
escriben. Tal es el caso de este poema,
que empata con la estética del “imaginismo”:
SHUCULHAY (LAGARTIJA)
Piedra, piedra es tu casa,
lagartija, lagartija,
espina, espina es tu casa,
lagartija, lagartija.
Pinta labores
en libro de plata
lagartija, lagartija;
pinta la ese (S)
en el libro de oro,
lagartija, lagartija.
Máscara de coles,
bastón de cebolla,
culantro tu cabecera,
perejil tu pateadera,
corta tu rabo,
mira, ciudate,
lagartija, lagartija.
El “imaginismo” es una escuela
de la poesía norteamericana impulsado por T. E. Hulme y Ezra Pound, termino usado por primera vez en
1912. El poeta imaginista teme las
abstracciones, los adornos, lo sentimental o amanerado. Cree en el ritmo
absoluto. Cree que el único símbolo perfecto es el objeto natural. Cree en la
técnica como prueba de la sinceridad del
hombre. Pound en el “manifiesto
imaginista” va más lejos, exige:
-El tratamiento directo del
objeto, sea subjetivo u objetico
-No usar una sola palabra que
no contribuya a la presentación.
-En cuanto al ritmo: componer
en frase musical.
Los imaginistas pusieron todo
su esfuerzo en la forma, y el simbolismo
les proporcionó un nuevo medio, el verso libre.
La poesía popular quechua busca
siempre ser más intensa, es concreta, y es directa. La poesía popular quechua como la
“imaginista” aspira a un lenguaje simple en contraposición a los rebuscados
vocablos con los que los poetas decadentes adornan la poesía. Los poetas populares quechuas como los
imaginistas son sensibles a la sonoridad de las palabras, al ritmo y a la
musicalidad del verso. Saben usar el misterio. El poeta imaginista como el
poeta popular quechua se burla del uso vetado de determinados temas
poéticos. Poco importa, pensaba T.E.
Hulme, tratar del zapato de mujer o de
un cielo estrellado. No existe nada
antipoético, ni siquiera el fregadero de la cocina. La imagen era el centro de la poesía
imaginista. La poesía ha empleado la imagen desde siempre y la poesía moderna la ha utilizado con
profusión. Una imagen, anunciaba Pound,
es la representación compleja y emocional de la realidad de un instante. El poeta popular quechua, ha usado siempre
este método imaginista para realizar su poesía.
Además su fuente de inspiración ha sido siempre la naturaleza y la
naturaleza de las cosas. La presentación de la brusca realidad, libera la energía poética, este fundamento
revela también la famosa “disociación de la sensibilidad” usada por los
imaginistas, y también usada por el poeta Arguedas, pues, muy aparte nos ha
dejado también su libro “Katatay y otros poemas”, que es la expresión más
acertada de poesía moderna en quechua.
En las iluminadoras imágenes concretas difundidas en poemas como
“Jetman, Haylli” (“Oda al Jet”) y en
“Túpac Amaru Kamaq Taytanchisman”
/ Haylli-Taki (“A Nuestro Padre Creador Túpac Amaru/ Himno-Canción), que
son ejemplos de creaciones modernas y
“textos” poéticos de vanguardia
en la poesía peruana, se da un gran nivel poético. Se revela y rebela: un gran poeta.
Arguedas tenía bien claro el
aporte del hombre andino a través de la poesía quechua, la superioridad
intelectual de tener una conciencia ecológica, y la defensa de la naturaleza,
en contra de la codicia devoradora del hombre occidental con su apego religioso
al capitalismo: todo se vende y todo se compra. El poeta popular quechua y
andino a través de su palabra, y a
través de una filosofía de su ternura y
comprensión de la naturaleza: ha sabido dejarnos un mensaje de solidaridad
humana a pesar de los enormes sufrimientos y sacrificios a las que ha sido
destinado a través de la historia de la humanidad. En sus propias
palabras, resume ese destino, para explicar el proceso creativo y la
escritura de su poema en “Túpac Amaru
Kamaq Taytanchisman”:
“Debo advertir que el haylli-taki que me atrevo a publicar, fue escrito
originalmente en el quechua que domino, que es mi idioma materno; el chanka, y
que después lo traduje al castellano. Un
impulso ineludible me obligó a escribirlo.
A medida que iba desarrollando el tema, mi convicción de que el quechua
es un idioma más poderoso que el castellano para la expresión de muchos trances
del espíritu y, sobre todo, del ánimo, se fue acrecentando, inspirándome y
enardeciéndome. Palabras del quechua
contienen con una densidad y vida incomparables la materia del hombre y de la naturaleza y el vinculo
intenso que por fortuna aun existe entre lo uno y lo otro. El indígena peruano está abrigado, consolado,
iluminado, bendecido por la naturaleza: su odio y su amo, cuando son
desencadenados, se precipitan, por eso, con toda esa materia, también su
lenguaje.
Sin embargo, aunque quisiera pedir perdón por haberme atrevido a
escribir en quechua, no sólo no me arrepiento de ello, sino que ruego a quienes
tienen un dominio mayor que el mío sobre este idioma, escriban. Debemos acrecentar nuestra literatura
quechua, especialmente en el lenguaje que habla el pueblo; aunque en el otro,
el señorial y erudito, debiera ser cultivado con la misma dedicación. ¡Demostremos que el quechua actual es un
idioma en el que se puede escribir tan bella y conmovedoramente cono en
cualquiera de las otras lenguas perfeccionadas por siglos de la tradición
literaria! El quechua es también un idioma milenario.”
Recordemos, la vida es un
incesante rehacer –ha escrito Mariano Picón-Salas-. Tuvimos libros escritos como el “Popol Vuh” o
el libro de “Chilam Balam”, o testimonios escritos y dibujados como la “Nueva
Crónica” de Guaman Poma. Tuvimos escritura en los murales y las cerámicas mochicas, contamos en los
quipus, desarrollamos puntos, rombos, barras numéricas, que evidentemente remplazaron la mera
pictografía, para trastocarse en un
lenguaje ideográfico. Mucha de la teogonía
inka vive aún en la poesía popular quechua.
*Ponencia y Conferencias en Homenaje al
escritor José María Arguedas.
Centenario
de Arguedas. Eventos:
I FORUM NACIONAL “ARGUEDAS Y PUQUIO EN
ELTIEMPO”
Puquio
18, 19 y 20 de mayo del 2011
Municipalidad
Provincial de Puquio-Ayacucho
*
-I Encuentro de Integración Cultural
Aucallama y La Asociación de Escritores y Poetas Ancashinos - Filial Lima
Porfirio Vásquez - Carlos Eduardo Zavaleta
25, 26
y 27 de noviembre de 2011. HUARAL
Municipalidad
de Aucallama-Huaral
-X ENCUENTRO NACIONAL DE ESCRITORES “MANUEL
JESÚS BAQUERIZO”
EN HOMENAJE A JOSÉ
MARÍA ARGUEDAS
Lima,
16 -18 febrero de 2012
Centenario
de J. M. Arguedas. Gremio de
Escritores. Asociación Guadalupana.